Estos son días combativos. Días en los que los telediarios nos muestran imágenes de la lucha en la calle de personas jóvenes. Tarros de vida que aún están prácticamente vacíos, y que luchan por poder tener la posibilidad de llenarse con la mas dulce y nutritiva confitura. Días de intentar que las esperanzas sigan alimentando los espíritus. Que los sueños sigan cumpliendo su sagrado deber: el de obligar a los jóvenes a creer, a no saber lo que significa la palabra rendirse, a tener fe en el triunfo a todos los niveles... Si la juventud no tiene estas características no es una juventud plena, no es una juventud autentica, no es una juventud feliz.
Por eso en momentos como estos la juventud tiene que abanderar el movimiento que impulse a todos a luchar como lo hacen ellos. A luchar como si todos fuéramos jóvenes. Porque la juventud deja algo en todos nosotros que no muere más que cuando muere la esperanza. Y es que sin esperanza no se puede vivir, sin esperanza no se sueña, ni se ama, ni se lucha. ¿Porqué?, ¿para qué?, si no hay esperanza.
Cierto que hay momentos en los que no es fácil mantener la esperanza. Es mas, es un trabajo de Hércules mantenerla. Momentos como éstos, los que nos toca vivir. Días en los que la esperanza se ve torpedeada por esas bombas de racimo que en su vientre llevan metralla en forma de paro, desigualdades, injusticias, miedos, amenazas, soledad. ¡Que sólo se está cuando se escapa la esperanza entres los dedos temblorosos de temor!. Cuando no se tiene fuerza para crisparlos y cerrarlos sujetndola de forma rabiosa, firme y desesperada. Cuando no se tienen ganas de tener esperanza por miedo a la propia esperanza. A su fragilidad al enfrentarla a todas las noticias fatídicas y agoreras que uno recibe diariamente. Noticias que son como dardos paralizantes de los músculos de las manos para que esa ultima gota de esperanza resbale por los dedos inmóviles y derrotados, sumiéndote en la oscuridad del desconsuelo, del pasotismo, del silencio.
Y en esos momentos de silencio es el eco que produce la ronca voz de tu propia desesperación tu único acompañamiento. Tu cruel y falso amigo que te anima a dejarlo de una vez, a rendirte, porque tu si puedes rendirte, porque ya no eres joven, porque ya has luchado lo tuyo, porque ahora te toca descansar, te toca dejar que ellos se salgan con la suya, que se queden también con tu alma, con tu espíritu, con tu ultima gota de esperanza.
Por eso hay que ayudar a nuestros jóvenes, para que surja el contagio colectivo de un virus de esperanza que cierre todas las manos frías y quebradizas de voluntad. Y haga que las uñas hieran las palmas de las manos hasta que la sangre salga a borbotones, caliente, y llene de vida esas manos cada vez mas fuertes, mas vigorosas, mas dispuestas a sangrar y a conservar lo que es suyo, sus últimas gotas de juventud, su esperanza... Para que no se lleven lo que es nuestro.
Hay mucha gente sufriendo injústamente una situación que ellos no han creado, que ninguno hemos creado. Son los que ven como todo lo que habían construido se derrumba encima de ellos, dejándolos enterrados, muertos en vida, contemplando como además sufren aquellos a quienes quieren mientras los ladrones de esperanza cuentan su botín. Toda la esperanza confiscada y que ahora malvenden en los mercados de la codicia, en los almacenes de la ambición, en los rastros de la avaricia...
Ojalá supiese como ayudar a toda esta gente que sufre. Que pudiese darles la esperanza que necesitan. No se como hacerlo, solo sé que mientras tengan los pies clavados en el suelo defendiendo su posición tendrán una posibilidad de ganar, y una es, en estos momentos, lo mas que podemos tener. Pero debe valernos, porque tenemos que ganar, porque vamos a ganar, porque somos los que siempre sobrevivimos,los que siempre terminamos en pié, los que nunca claudican, somos "la gente", los que tenemos capacidad para amar, para emocionarnos con las alegrías del vecino y sufrir las desgracias del desconocido, los que sentimos el dolor de los amigos como si fuese nuestro y la felicidad de los seres queridos como nuestras propias dichas... somos los que reálmente estamos vivos... cuando nos dejan los realmente muertos. Somos los que tenemos el poder, pero debemos creernoslo.
Hombres y mujeres que sufrís, que estáis asustados, que no veis salida, que cada día que termina bien suspirais con alivio, pueblo trabajador.... Cerrar las manos con fuerza, mantener la esperanza y los sueños, y no nos rindamos, ayudemos a los jóvenes a que llenen sus tarros de vida, a que llenen sus tarros con confianza, sueños y esperanza, porque son la "gente", y antes o después necesitaran esas reservas de todo ello, las necesitarán cuando "ellos" vuelvan a la carga, cuando vuelvan a intentar quedarse con nuestras esperanzas y sueños. No lo lograrán, esta vez tampoco... no les dejaremos.
Construyamos entre todos una "Tierra de Esperanza y de Sueños" porque "La Gente Tiene el Poder"
Salud.
Por eso en momentos como estos la juventud tiene que abanderar el movimiento que impulse a todos a luchar como lo hacen ellos. A luchar como si todos fuéramos jóvenes. Porque la juventud deja algo en todos nosotros que no muere más que cuando muere la esperanza. Y es que sin esperanza no se puede vivir, sin esperanza no se sueña, ni se ama, ni se lucha. ¿Porqué?, ¿para qué?, si no hay esperanza.
Cierto que hay momentos en los que no es fácil mantener la esperanza. Es mas, es un trabajo de Hércules mantenerla. Momentos como éstos, los que nos toca vivir. Días en los que la esperanza se ve torpedeada por esas bombas de racimo que en su vientre llevan metralla en forma de paro, desigualdades, injusticias, miedos, amenazas, soledad. ¡Que sólo se está cuando se escapa la esperanza entres los dedos temblorosos de temor!. Cuando no se tiene fuerza para crisparlos y cerrarlos sujetndola de forma rabiosa, firme y desesperada. Cuando no se tienen ganas de tener esperanza por miedo a la propia esperanza. A su fragilidad al enfrentarla a todas las noticias fatídicas y agoreras que uno recibe diariamente. Noticias que son como dardos paralizantes de los músculos de las manos para que esa ultima gota de esperanza resbale por los dedos inmóviles y derrotados, sumiéndote en la oscuridad del desconsuelo, del pasotismo, del silencio.
Y en esos momentos de silencio es el eco que produce la ronca voz de tu propia desesperación tu único acompañamiento. Tu cruel y falso amigo que te anima a dejarlo de una vez, a rendirte, porque tu si puedes rendirte, porque ya no eres joven, porque ya has luchado lo tuyo, porque ahora te toca descansar, te toca dejar que ellos se salgan con la suya, que se queden también con tu alma, con tu espíritu, con tu ultima gota de esperanza.
Por eso hay que ayudar a nuestros jóvenes, para que surja el contagio colectivo de un virus de esperanza que cierre todas las manos frías y quebradizas de voluntad. Y haga que las uñas hieran las palmas de las manos hasta que la sangre salga a borbotones, caliente, y llene de vida esas manos cada vez mas fuertes, mas vigorosas, mas dispuestas a sangrar y a conservar lo que es suyo, sus últimas gotas de juventud, su esperanza... Para que no se lleven lo que es nuestro.
Hay mucha gente sufriendo injústamente una situación que ellos no han creado, que ninguno hemos creado. Son los que ven como todo lo que habían construido se derrumba encima de ellos, dejándolos enterrados, muertos en vida, contemplando como además sufren aquellos a quienes quieren mientras los ladrones de esperanza cuentan su botín. Toda la esperanza confiscada y que ahora malvenden en los mercados de la codicia, en los almacenes de la ambición, en los rastros de la avaricia...
Ojalá supiese como ayudar a toda esta gente que sufre. Que pudiese darles la esperanza que necesitan. No se como hacerlo, solo sé que mientras tengan los pies clavados en el suelo defendiendo su posición tendrán una posibilidad de ganar, y una es, en estos momentos, lo mas que podemos tener. Pero debe valernos, porque tenemos que ganar, porque vamos a ganar, porque somos los que siempre sobrevivimos,los que siempre terminamos en pié, los que nunca claudican, somos "la gente", los que tenemos capacidad para amar, para emocionarnos con las alegrías del vecino y sufrir las desgracias del desconocido, los que sentimos el dolor de los amigos como si fuese nuestro y la felicidad de los seres queridos como nuestras propias dichas... somos los que reálmente estamos vivos... cuando nos dejan los realmente muertos. Somos los que tenemos el poder, pero debemos creernoslo.
Hombres y mujeres que sufrís, que estáis asustados, que no veis salida, que cada día que termina bien suspirais con alivio, pueblo trabajador.... Cerrar las manos con fuerza, mantener la esperanza y los sueños, y no nos rindamos, ayudemos a los jóvenes a que llenen sus tarros de vida, a que llenen sus tarros con confianza, sueños y esperanza, porque son la "gente", y antes o después necesitaran esas reservas de todo ello, las necesitarán cuando "ellos" vuelvan a la carga, cuando vuelvan a intentar quedarse con nuestras esperanzas y sueños. No lo lograrán, esta vez tampoco... no les dejaremos.
Construyamos entre todos una "Tierra de Esperanza y de Sueños" porque "La Gente Tiene el Poder"
Salud.
No por ser 'maduros' hay que pasar a retaguardia y conformarnos con lo que nos 'dan'. En cuanto a los jovenes, es buenos ver que todavía queda parte de esta juventud que tiene inquietudes sociales, ya que estamos ante una generación que lo hay tenido casi todo porque se lo hemos dado gratuitamente.
ResponderEliminarSaludos.
People have the power!Pero lamentablemente no sabe usar ese poder y nos dejamos amaestrar por inutiles!Hay que ser inquieto y gritalo bien alto y fuerte!Aun hay esperanza!
ResponderEliminarun abrazo
Siempre habra esperanza mi amigo ,la juventud tendra un motivo para mantenerla mientras existan utopicos luchadores
ResponderEliminarUn abrazo y gran entrada
Aurelio: Hay que mantener un cierto espíritu siempre, la juventud si que parece que empieza a espabilar porque han tenido unos años que era de traca el tema, haber si entre todos salimos de esta.
ResponderEliminarSaludos.
TSI-NA-PAH: La verdad es que muchas veces se lo ponemos muy fácil a todos estos tipos, y luego se aprovechan como sinverguenzas que son.
Siempre hay esperanza.
Un abrazo.
Luther: Yo quiero pensar que es asi, que siempre hay espereanza y que es la juventud la que tiene que mantener la llama de la misma encendida.
Un abrazo y mucho animo a tu pueblo después de esta última desgracia amigo.
Freaky: Entiendo perfectamente lo que me dices...
Me encanta este tema de George.
Un abrazo Freaky.
Haber si entre todos podemos levantar cabeza y la gente puede volver a vivir con la dignidad que todos merecemos. Buena semana a los cuatro.
Ultimamente parece que el tren del "jefe" nunca termina por llegar y hasta casi me he llegado a convencer a mi mismo de que la gente no tiene ningún poder (que estamos en sus manos), pero no puede ser, no debe cundir el desánimo y tenemos que creer que la lucha del pueblo (activa por supuesto) nos va a permitir estar preparados, para cuando ese tren llegue, nos subamos en él y lleguemos al lugar que nos merecemos.
ResponderEliminarQué es ese pitido que se oye "around the corner", el tren o el grito de la gente? En ambos casos, que no cese.
Saludos
Arthur: La gente nunca puede perder, porque antes o después despierta, no queda otra, y esta vez no será distinto, seguro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esperanza...Dónde estás???La busco y la busco y parece que pasa de largo, que me roza, pero se esconde. Que tenemos que hacer algo? Claro que sí, pero...dónde?? Dónde se ha metido la esperanza? Qué complicado es a veces tener confianza...
ResponderEliminarUn abrazo
Bruja: De eso se vale toda esa gentuza, por eso a por lo primero que van es a por la esperanza (después de a por la pasta claro), siempre hay esperanza, teniendo esa base clara, aparecerá.
ResponderEliminarUn beso.