Algunas veces, vaya usted a saber porque, la memoria juega con nosotros al gato y al ratón. Nos manda globos sonda sobre lo que a ella le interesa que recordemos y como le interesa que sean esos recuerdos. Remembranzas que muchas veces creías ya olvidadas y que afloran de algún lugar recóndito de su ser, haciéndote fijar tu vista en lugares que a veces ni siquiera existen físicamente ya.
Eso es lo que mi memoria esta haciendo conmigo esta madrugada de sábado a domingo. Mantenerme anclado a las luces primaverales de un tiempo pasado, a los abriles y mayos de un año perdido en un viejo calendario. Los ochenta, mis adolescentes ochenta, Cuando todo empezaba, lo bueno y lo menos bueno... y lo malo seguramente, también.
Los recuerdos llegan orgullosos, seguros de si mismos, ligeros y silenciosos como el vuelo de un avión de papel. Como un avión de papel que se queda atrapado en los recovecos de tu cerebro, y del que no puedes o no quieres deshacerte y que te hace sentir bien y por momentos también mal. Que hace que los minutos vuelen con tu mente detenida en el pasado, rememorando un tiempo que no debería tener ya influencia en uno porque: ¿para qué darle mas vueltas?, ya no tiene remedio, ni para lo bueno ni para lo malo. Eso si, si fue hermoso, ¿quién se resiste a recordar?,¿a quién le importa no dormir?.
En este país, los canales de TV no son dados a programas de entrevistas. Pero cuando algún programa de esta especie ha asomado a nuestras pantallas, el entrevistador antes o después termina haciendo una pregunta típica y tópica:
- ¿Te arrepientes de algo de lo que has hecho?. ¡Joder!, creo que siempre he oído la misma respuesta.
- No!!!, si volviese a nacer haría todo exactamente igual a como lo he hecho, no me arrepiento de nada.
¡Manda huevos!, ¡que suerte!, y yo que me arrepiento de un buen montoncito de cosas que he hecho. Bueno y de un montonazo de cosas que no he hecho, que he dejado sin hacer, que ojalá hubiese, al menos, intentado.
En éstas me encuentro esta madrugada, sometido a la dictadura de la memoria que me tiene atrapado en un recuerdo cíclico del que no consigo zafarme. Una imagen nublada que me tiene recorriendo los pasillos del instituto. De aquel instituto de mi adolescencia. Incluso parece que puedo escuchar los sonidos, las voces y los nombres, algunos que creía olvidados, de quienes formaban parte de mi vida en aquellos años de no pensar demasiado en el futuro.
Si, si, mucha memoria pero: ¿cómo se llamaba aquella profesora de ciencias?. Imposible, no puedo recordarlo... era una hippy de mucho cuidado, no creo que tuviese mas de 30 entonces, aunque a mi me hacía gracia, por lo cachonda que era a pesar de su edad, ¡de su edad!!!. Se llevaba conmigo de cine, era una tía cojonuda.
Yo tenía una camiseta que me encantaba, negra con el nombre de Sting serigrafiado a la altura del pecho, hacia el lado izquierdo y con los mismos caracteres de letra que aparecían en su último álbum, que era el primero de éste en solitario, aquel: "The Dream of the Blue Turtles", creo que sigue siendo lo mejor que ha hecho Sting. Me encantaba el tipo, me hice fan un poco antes con la salida del "Syncronicity" de The Police... Sting, The Police, hacía años que no pasaban por la recicladora de mi cerebro: "If you Love Somebody, Set Them Free", vaya titulo.
La cosa, que me lío, es que a la tía, a la maestra de ciencias digo, también le gustaba el rock. Se acercaba a mi, y me hablaba de The Police. ¿Y Bruce?, A mi aún no me había conquistado Bruce, y eso que sonaba "Dancing in the Dark" en todas las emisoras de radio. Y aquel vídeo.
Me hablaba también de Joe Cocker. No recuerdo si el borrachín estaba ya en la cresta de su fama con aquel "You can leave your hat on" del terrible film "9 Semanas y 1/2".
A mi me gustan los Beatles, le decía yo. Y es que los Beatles ya habían abordado mi corazón, y habían clavado su bandera en él. Esa bandera pirata que en lugar de una calavera y dos tibias tenia una manzana, como aquella que Eva diese a Adan, Cantaba entonces Sabina: "Todo empezó cuando aquella serpiente, me trajo una manzana y dijo prueba... yo me llamaba Adan, seguramente tu te llamaras Eva..." .
Y es que en aquella adolescencia mía, también me gustaba Sabina. Entonces Sabina era otro Sabina. El rock cabalgaba por sus venas, mas rockero y menos poeta, o lo que sea hoy Sabina. Lo que está claro es que hace años que el rock no cabalga por sus venas. Por las venas de Miguel Ríos cabalgaba el rock and roll tempranero de este país. El rock and roll, y otros caballos, como aquel que se llamaba muerte.
El parque de Doña Casilda de Bilbao estaba en obras. Estaban haciendo la pérgola del mismo, y los viernes quedábamos para ir allí, litronas en ristre, compradas en el super de Pozas, Por cierto cuando devolvías los cascos te llegaba para pillar una o dos mas. Había un chico mayor, nos parecía maduro y vivido, -siempre hay un chico de estos-. Lo cierto es que tenía un par de años mas que el resto y eso era un mundo. Era hippy, bueno, unos meses después era rockabilly, y después fue otra cosa. Pero entonces era hippy, se quedaba hablando, sin soltar la litrona ni un momento, hablando de Joan Baez y de Bob Dylan. Hablaba de un disco: "Desire", y de una canción:"Sara" Gracias a él conocí a Dylan... ¿Qué habrá sido de él?, creo que no acabó demasiado bien, ¿qué habrá sido de él?...
Terminábamos siempre igual. Sentados en un banco cantando, bueno eso o intentando ligar con alguna de las chicas. Alguna vez lo conseguimos de hecho, y ellas lo mismo claro, que eso es cosa de dos. Pero normalmente cantando, y que trascendentales nos poníamos cuando cantábamos aquella, que aún hoy me pone los pelos de punta.
Al final termino en el mismo puerto de siempre: La música... estoy marcado. Abro la persiana y veo que la luz ya proyecta una nueva esperanza sobre el mundo, ¡joder si son ya las siete y media!. ¿Cuánto tiempo llevo aquí escribiendo, recordando?. Ha pasado rapidísimo. Las primeras luces de la mañana han actuado con mis recuerdos como el sol con los vampiros, han hecho que huyan aterrados, claro, un nuevo día es lo que menos necesitan los recuerdos para perdurar. Habrán ido a esconderse en su escondrijo, ese que seguro que tienen en algún lugar del alma, o del corazón, o yo que se donde.
Al final ha molado recordar. Esta noche dormiré mejor, seguro.
Bueno, empieza un nuevo día. Algo pasará, seguro. En cualquier caso y como decían aquellos cuatro locos que menearon el mundo hace unos años, será como mínimo: "Just... A Day in the Life", que no es poco.
Feliz domingo...
Los recuerdos llegan orgullosos, seguros de si mismos, ligeros y silenciosos como el vuelo de un avión de papel. Como un avión de papel que se queda atrapado en los recovecos de tu cerebro, y del que no puedes o no quieres deshacerte y que te hace sentir bien y por momentos también mal. Que hace que los minutos vuelen con tu mente detenida en el pasado, rememorando un tiempo que no debería tener ya influencia en uno porque: ¿para qué darle mas vueltas?, ya no tiene remedio, ni para lo bueno ni para lo malo. Eso si, si fue hermoso, ¿quién se resiste a recordar?,¿a quién le importa no dormir?.
En este país, los canales de TV no son dados a programas de entrevistas. Pero cuando algún programa de esta especie ha asomado a nuestras pantallas, el entrevistador antes o después termina haciendo una pregunta típica y tópica:
- ¿Te arrepientes de algo de lo que has hecho?. ¡Joder!, creo que siempre he oído la misma respuesta.
- No!!!, si volviese a nacer haría todo exactamente igual a como lo he hecho, no me arrepiento de nada.
¡Manda huevos!, ¡que suerte!, y yo que me arrepiento de un buen montoncito de cosas que he hecho. Bueno y de un montonazo de cosas que no he hecho, que he dejado sin hacer, que ojalá hubiese, al menos, intentado.
En éstas me encuentro esta madrugada, sometido a la dictadura de la memoria que me tiene atrapado en un recuerdo cíclico del que no consigo zafarme. Una imagen nublada que me tiene recorriendo los pasillos del instituto. De aquel instituto de mi adolescencia. Incluso parece que puedo escuchar los sonidos, las voces y los nombres, algunos que creía olvidados, de quienes formaban parte de mi vida en aquellos años de no pensar demasiado en el futuro.
Si, si, mucha memoria pero: ¿cómo se llamaba aquella profesora de ciencias?. Imposible, no puedo recordarlo... era una hippy de mucho cuidado, no creo que tuviese mas de 30 entonces, aunque a mi me hacía gracia, por lo cachonda que era a pesar de su edad, ¡de su edad!!!. Se llevaba conmigo de cine, era una tía cojonuda.
Yo tenía una camiseta que me encantaba, negra con el nombre de Sting serigrafiado a la altura del pecho, hacia el lado izquierdo y con los mismos caracteres de letra que aparecían en su último álbum, que era el primero de éste en solitario, aquel: "The Dream of the Blue Turtles", creo que sigue siendo lo mejor que ha hecho Sting. Me encantaba el tipo, me hice fan un poco antes con la salida del "Syncronicity" de The Police... Sting, The Police, hacía años que no pasaban por la recicladora de mi cerebro: "If you Love Somebody, Set Them Free", vaya titulo.
La cosa, que me lío, es que a la tía, a la maestra de ciencias digo, también le gustaba el rock. Se acercaba a mi, y me hablaba de The Police. ¿Y Bruce?, A mi aún no me había conquistado Bruce, y eso que sonaba "Dancing in the Dark" en todas las emisoras de radio. Y aquel vídeo.
Me hablaba también de Joe Cocker. No recuerdo si el borrachín estaba ya en la cresta de su fama con aquel "You can leave your hat on" del terrible film "9 Semanas y 1/2".
A mi me gustan los Beatles, le decía yo. Y es que los Beatles ya habían abordado mi corazón, y habían clavado su bandera en él. Esa bandera pirata que en lugar de una calavera y dos tibias tenia una manzana, como aquella que Eva diese a Adan, Cantaba entonces Sabina: "Todo empezó cuando aquella serpiente, me trajo una manzana y dijo prueba... yo me llamaba Adan, seguramente tu te llamaras Eva..." .
Y es que en aquella adolescencia mía, también me gustaba Sabina. Entonces Sabina era otro Sabina. El rock cabalgaba por sus venas, mas rockero y menos poeta, o lo que sea hoy Sabina. Lo que está claro es que hace años que el rock no cabalga por sus venas. Por las venas de Miguel Ríos cabalgaba el rock and roll tempranero de este país. El rock and roll, y otros caballos, como aquel que se llamaba muerte.
El parque de Doña Casilda de Bilbao estaba en obras. Estaban haciendo la pérgola del mismo, y los viernes quedábamos para ir allí, litronas en ristre, compradas en el super de Pozas, Por cierto cuando devolvías los cascos te llegaba para pillar una o dos mas. Había un chico mayor, nos parecía maduro y vivido, -siempre hay un chico de estos-. Lo cierto es que tenía un par de años mas que el resto y eso era un mundo. Era hippy, bueno, unos meses después era rockabilly, y después fue otra cosa. Pero entonces era hippy, se quedaba hablando, sin soltar la litrona ni un momento, hablando de Joan Baez y de Bob Dylan. Hablaba de un disco: "Desire", y de una canción:"Sara" Gracias a él conocí a Dylan... ¿Qué habrá sido de él?, creo que no acabó demasiado bien, ¿qué habrá sido de él?...
Terminábamos siempre igual. Sentados en un banco cantando, bueno eso o intentando ligar con alguna de las chicas. Alguna vez lo conseguimos de hecho, y ellas lo mismo claro, que eso es cosa de dos. Pero normalmente cantando, y que trascendentales nos poníamos cuando cantábamos aquella, que aún hoy me pone los pelos de punta.
Al final termino en el mismo puerto de siempre: La música... estoy marcado. Abro la persiana y veo que la luz ya proyecta una nueva esperanza sobre el mundo, ¡joder si son ya las siete y media!. ¿Cuánto tiempo llevo aquí escribiendo, recordando?. Ha pasado rapidísimo. Las primeras luces de la mañana han actuado con mis recuerdos como el sol con los vampiros, han hecho que huyan aterrados, claro, un nuevo día es lo que menos necesitan los recuerdos para perdurar. Habrán ido a esconderse en su escondrijo, ese que seguro que tienen en algún lugar del alma, o del corazón, o yo que se donde.
Al final ha molado recordar. Esta noche dormiré mejor, seguro.
Bueno, empieza un nuevo día. Algo pasará, seguro. En cualquier caso y como decían aquellos cuatro locos que menearon el mundo hace unos años, será como mínimo: "Just... A Day in the Life", que no es poco.
Feliz domingo...
¡Cuántos capítulos de esa banda sonora de nuestra juventud! Ellos fueron los que fueron cimentando el edificio de nuestra actual personalidad, de nuestro actual gusto... y mucha de la música que hoy pasa por nuestros oídos como si formaran parte de un canon insustituible y hasta razonable.
ResponderEliminarSaludos.
Y como cambian los gustos con el paso de los años y de los discos por delante de las orejas... Hacía siglos que no me acordaba de Sting o de Sabina.
EliminarSaludos.
Esos viejos recuerdos aliados de nuestras madrugadas tienden a reflexionarnos sobre lo que hicimos y lo que no pudimos siempre con una cancion detras . Maravilloso texto de tus andanzas con la profe amigo
ResponderEliminarUn abrazo y buen domingo
A veces recordar es bonito, sin embargo no consigo recordar como se llamaba aquella profa, haber si le pregunto a algún amiguete que tambien le diese clase entoncés y lo recuerda porque me fastidia mucho no acordarme.
EliminarMe alegro de que te haya gustado el texto.
Un abrazo.
Recordar es una necesidad..y a veces una condena. pero reconozco que en lo tocante a la música, es un placer y toca tantas fibras sensibles que la memoria se despliega como un libro abierto.
ResponderEliminarBonito post tron.
Es verdad que a veces es una condena si, algunos todo lo terminamos relacionando con la música, desde los recuerdos hasta las recetas de cocina, todo.
EliminarSomos asi supongo, celebro que te parezca chulo el post, gracias.
Saludos.
Los recuerdos llegan cuando menos te los eseras, a veces los malos son los que te rodean durante un tiempo!Al final nos quedamos con los buenos y estan por todas partes!
ResponderEliminarun abrazo
Lo suyo es quedarse con los buenos, pero creo TSI que siempre se cuela algun recuerdo malo díscolo que se empeña en estar presente, a mi me pasa, algún recuerdo malo que no se va el cabrón, pero intento que no me afecte demasiado.
EliminarUn abrazo TSI...
Este post me ha hecho recordar la música que sonaba en la radio por esa época (Mecano,Miguel Bosé,Ana Belén...etc los profes tenían casi todos motes,jeje..vaya recuerdos,gracias por transportarnos en tu mundo.Besos.
ResponderEliminarBienvenida Flordeloto, estas en tu casa. Yo hoy soy básicamente rockero-blueseo-countryman-soulero... pero tube en aquellos inicios mi época de Mecano y toda esa gente. Había motes muy currados de profes si.
EliminarGracias a ti por entrar en mis recuerdos.
Un beso.
No podía dormir y me he levantado, me he puesto a escribir sobre lo que me estaba dando vueltas en la cama y salió, como dices, dejandome llevar... creo que no se hacerlo de otra forma...
ResponderEliminarDe nada, una cosa llevó a la otra y me pareció buena forma de acabar la entrada, y buena canción ademas, bueno, buena no POM.
Si te he leido en el post de Rockland, yo también me he quedado con el cadillac, ese tema es grandioso, lo hemos cantado como colofón de noches de farra como un millón de veces.
Un abrazo tío.
Como siempre tardísimo (más que tardísimo en realidad), pero lo tenía pendiente y sólo darte la enhorabuena porque me ha encantado el post.
ResponderEliminarSerá porque yo unos pocos años más tarde también andaba por ahí y hacía casi lo mismo? Seguramente y lo que mola recordar tiempos pasados de vez en cuando (pero solo de vez en cuando, eh?)
Siempre quisé ir a L.A.....
Un abrazo.
Dejar un dia esta ciudad... Dejémoslo que me lanzo a cantar y no son horas...
EliminarUn abrazo...