Righteous Hillbillies - "13 Diablos" (2012)

Hacía tiempo que quería hablar de esta banda originaria de Illinois y que responde al nombre de Righteous Hillbillies, tan solo tienen dos discos en la calle pero en ambos dejan constancia de lo que son capaces de hacer, rock and roll sin concesiones, rock and roll puramente americano, sudoroso y racial como la tierra del desierto que calentaba las botas de los primeros countries que blandieron sus guitarras en sus travesías por estos desiertos sureños hace ya varias décadas y que dejaron su sudor impregnado en la tierra para que con los años terminase germinando en este sonido que hoy se llama southern rock y que tras pasar por el tamiz de outsiders peligrosos y crepusculares como Ronnie Van Zandt o los hermanos Allman, entre otros muchos, han hecho posible que bandas como Righteous Hillbillies lleguen a nosotros haciendo vibrar sus instrumentos a rebufo de aquellos pioneros que abrieron camino... camino ardiente cuyo final quizás sea el infierno, eso sí, camino que recorreremos al ritmo de las guitarras fibrosas y forajidas de románticos outsiders como estos fantásticos Righteous Hillbillies.

Es por todo lo dicho, obvio que inventar no inventan nada, simplemente siguen dócilmente esa ruta por los senderos más ardientes del sur hacia ese infierno en que, estoy seguro, convierten su escenario cada vez que las luces se apagan y las guitarras empiezan a rugir.

Y a fe mía que rugen, rugen como nocturnas y sufrientes bestias venidas del averno a purgar sus pecados en suelo sagrado, bendecido, y no con bourbon...


"13 Diablos" es el título de su segundo disco, que no apareció en mi lista de fin de año por falta de tiempo para escucharlo en condiciones, pues fue en las últimas semanas del año pasado cuando vio la luz este enérgico, furioso e indómito trabajo que hará disfrutar a todo aquel que disfrute del buen rock sureño de los Skynyrd o los Black Crowes, el poco ortodoxo blues de ZZ-Top o del Hard mas alambicado de Led Zeppelin o incluso AC/DC.

 

Se trata de un recorrido por los senderos más intrincados del rock americano, con momentos de tranquilo caminar entre la sombra relajante de los árboles en esa hora en que los búhos aún no ocupan sus ramas para atemorizar a la luna con su inquietante presencia, "Beautifully Broken", "20 Pound Hammer", en otras los cielos se oscurecen amenazando tormenta, y entonces aparecen lastimeros quejidos que cubren de incertidumbre el bosque: "Before the Devil Knows", cuando las mañanas soleadas alejan los oscuros presagios nocturnos aparecen los optimistas y vitamínicos estribillos, las guitarras más claras y el buen rollo: "Barfies", "All Over Now".

En el recorrido hay momentos para el descanso y que sean las abrasadoras vías del viejo ferrocarril las que sustituyan a la seca y agrietada tierra del camino en rápidos y clásicos cortes "de los de toda la vida" como "Money Train Blues" o "Steel Yard Train".

Sin olvidar los ecos de los hermanos de color que tintan los licores ingeridos en las calurosas noches con aromas blues llenos de duende y misterio, "C'mon Now" o "Sweet Dove" son buena prueba de lo que digo.

Una mirada de reojo a los clásicos, aquellos que a golpe de machete esculpieron en la espesura del bosque estos senderos que ahora transitamos como seguidores hipnotizados de una sed de rock que nunca se sacia por mas húmedas bocas de botellas que te eches a los labios y que no hagan otra cosa que quemar tus entrañas y envenenar más aún tu alma cos ese picante dulzor del rock'n roll, una mirada a su legado en tópicas composiciones como las hilarantes "Hoodoo Voodoo", "Want Fo Nuthin" tienen el genuíno sabor y olor de la tradición.

Un disco en definitiva que a buen seguro no decepcionara a nadie, que os llevará por caminos mil veces recorridos pero siempre, y en esta ocasión también disfrutados en plenitud, dejando el sudor empaparnos la piel y alimentandonos de esas hirientes notas tan amadas como conocidas. Una banda con enorme clase, conocedora del estilo que destilan sus cerebros y sus corazones y que como otros como Blackberry Smoke o Hogjaw entre otros, nos vuelven a hacer vivir esa vieja experiencia que es el souther rock y el rock and roll en general como a nosotros nos gusta, merece la pena.