En cierta ocasión escuche comentar a alguien un tanto pedante que la música del Bowie de la época de Mick Ronson era como un manicomio en hora punta.
Imagino que se referiría al orden, que impuesto a un colectivo, el cual es incapaz de controlar sus instintos individuales, forma, en conjunto, una suerte de coherencia caótica y desordenada, de modo que cada unidad es un caos en si misma, pero que junto a otros caos, forman un caldo espeso que llega sobrádamente para hidratar un sabroso estofado de nutritiva materia prima.
Y la materia prima de este Re-Born, titulo del primer EP de los valencianos Ecoband es, no solo nutritiva sino también energética, vitamínica y sabrosa, seis temas que se alimentan de las mieles que facturan las colmenas de la mas anárquica y a la vez glamourosa y sofisticada música britanica de la década de los setenta.
En una especie de batalla entre el pop de moderno corte, un pop que busca y en bastantes ocasiones encuentra una vestimenta de elegante disposición sónica con la que presentarse en sociedad y que a su vez no tiene problema en dejar que el huracán del rock setentero de oscuras intenciones callejeras arrugue su distinguida caída y favorecedor entalle, echando a perder ocasionalmente algún complemento pop y sustituyéndolo por algún trallazo rockero, siempre dentro del comedimento que las leyes del lujo imponen a estos cinco chicos de Valencia, que tienen en las finas y cuidadas lineas melódicas una obsesiva hoja de ruta a la hora de construir una canción...y digo esto por la marcada linea de grueso trazo que, a pesar de la batalla anteriormente citada se ve con claridad en cada tema, en cada estribillo, en cada inflexión que impone a su garganta el frontman de la formación: Enrique Corona, quien poseedor de una voz no muy grande, sabe, como sabia y sigue sabiendo Bowie, que con un atractivo y sugestivo timbre se puede llegar a cualquier rincón de una canción y rellenarlo de la intencionalidad musical o dramática pretendida y Enrique sabe como abrazar con su voz, bonita y lírica, el corazón sónico de cada tema.
Y creo que los tiros que lanzan Ecoband a sus instrumentos buscan algo así, la diferenciación, sin perder la sencillez, la calidad, pero sin caer en el astió, emprendiendo la ardua búsqueda de ser ellos sin dejar de ser algunos de sus héroes (que a propósito lo de héroes), del pasado, así su música es imposible que no recuerde a aquel Bowie, sus guitarras rítmicas, felizmente vitaminadas por Andres Sanchis, quien en la elegancia y la fineza del brochazo del rasgado tiene su evidente sello personal, elegante, sabiendo hasta donde llegar, es una de las grandes aportaciones del sonido Ecoband en este Re-Born, la base rítmica es geométrica, solida y efectiva, creando unos cimientos sólidos sobre los que apoyar la estructura de la canción, Alberto Sanchis al bajo y Fernando Martinez a la batería se encargan de asegurar esos cimientos, siempre bien forjados, regalando seguridad y equilibrio, quizás se agradecería un pelin de frescura, de descaro, de desafiar las leyes de la geometría, de encararse con lo homogeneo, de arriesgarse a perderse en el caos aparente pero nunca consumado gracias a estos dos elementos, que forman una gran base rítmica de efectivo poso, pero un poco demasiado conservadora en ocasiones. La guitarra solista es la que mas despista, nadando entre varias aguas, aporta buenas cosas en algunos temas, sonidos ácidos y retadores en unos momentos, tapados y rutinarios en otros, siempre eso si, elegante, y es que esta es definitívamente la palabra que les define, elegancia, elegancia sonora, elegancia rítmica, canora y textual.
Sin embargo escuchando el disco como un todo, se descubre la coherencia descarada y juguetona del EP, y es como mas lo disfruto, dejando que los temas discurran uno tras otro, en geométrico descontrol, mostrando prendas de elegancia abrumadora, pero arrugadas hasta el escándalo, bellas y líricas melodías. Así resulta treméndamente doliente, y flotando, flotando pero a ras de suelo, esquivando desperdicios y evocando tristeza y belleza la fantástica "Night is So Cold" esta dotada de un opresivo y bello estribillo, extremo en intensidad y de emotivo corte dramático, acompañado de una red sónica que recuerda a aquellos Radio Head de la segunda mitad de los noventa, un gran tema.
"We can See in the Dark" es oscura, opaca, fría y automática, entregada a una suerte de destino fijado, otro gran tema, quizás un pelin barroco en la aportación sónica de la estructura instrumental, pero parece norma de la casa y la verdad es que en la mayoría del recorrido del EP funciona, una guitarra excesivamente celosa de si misma nos regala un solo que quiere y no puede, aun así un muy buen tema."Days of Thunder" me parece con mucho su mejor corte, el mas personal, aquí las guitarras suenan a gloria, tanto los arpegios que forman el tejido sobre el que se expone la melodía cual mantel dando cobertura colorista a un manjar de elitísta decoración, como la solista, aportando fuerza y personalidad, melodía mas libre, menos atada, mas joven... ¡un temazo chicos!, y con un estribillo enloquecido, rápido casi infantil, fantástica.
Pero el EP se abría con dos temas mas sencillos conceptuálmente, mas ricos en emoción y menos pretenciosos, dos temas que forman el contrapunto perfecto a los tres siguientes, en la mezcla de ambos esta la idoneidad, idoneidad que logran en varios momentos, como en prácticamente todo el corte final y en el estribillo, brillante de "Never Say Never" autentico temazo que ya quisiera mas de uno que presume de vanguardista y postmoderno y no se entera que eso se consigue sumergiéndote en el pasado, en las pantanosas aguas de viscoso tacto que quedaron tras las carreras autodestructivas de Marc Bolan, Roxy Music o Slade...Ecoband se echo a bucear sin gafas ni aletas.
Poco interesante me parece el "Sandy", entre otras cosas porque poco interesante me parece también el original de Grease .
Un muy interesante disco, con momentos de enorme brillantez y otros en los que las ideas hacen embudo y solo pasan algunas, quedándose otras en el lado ancho del embudo aletargadas, encalladas, dejándose ver pero no entrando en materia, no pasando el filtro de la estrechez del lado difícil y formando una materia de sobrantes que no es del todo cómoda.
Prometedora colección de canciones con muchos aciertos, algunos definitivos, otros parciales, y con algún exabrupto que en su segunda entrega, proxima a ser publicada, a buen seguro empezaran a ser victimas de la erosión que la madurez y la experiencia provocan en la creación de los buenos artistas y estos Ecoband lo son.
Un disco disfrutable, exigente en cuanto al tratamiento de la melodía, la geometría de la construcción sónica y rítmica y el desenlace de unos textos cuidados y comedidos para no resultar cargantes o presuntuosos.
No es en esta crónica donde debatiré mas aspectos tecnicos del sonido o melodía, para ello, proximamente les tendremos en el despacho del viejo Addison contestando a las preguntas que tanto yo como cualquiera de vosotros les queramos hacer, así que ¡ala! a escuchar el disco, lo podéis descargar en su web pinchando aqui, y tambien entrando en el Facebook de la banda, y cuando tengais el disco pegado a los tabiques del timpano podéis hacerles alguna preguntita para que nos contesten.
En breve nuevos temas de Ecoband y mas información, se trata de gente joven con una ilusión tremenda que bien vale la pena hacerles un poco de caso y darles la oportunidad que tantos no han tenido.
Estamos con ellos si o si.
Los estoy oyendo, my friend. No suenan nada mal, merci.
ResponderEliminarEn seguida empezamos a escuchar el segundo Johnny, y creeme promete mucho...
ResponderEliminarAbrazo.