The Vegabonds es una banda originaria de Auburm, Alabama, ¡Joder, que raro, sureños!!! Pues si, son sureños, y de Alabama además, como los Skynyrd o como Drive By Truckers...que se le va ha hacer.
Donde había dos bandas en 2008, quiso el destino que hubiese solo una en 2009, esa una, es The Vegabonds.
Seis músicos que superan con poco margen la veintena y que destilan por los poros de la piel una herencia casi genética, la del rock sureño, un sudor que concentra los olores y sabores de los venenos ingeridos durante las escuchas de la embrujadora música del sur, atracones de Allman Brothers, Gov't Mule, The Black Crowes y como no, de vecinos ilustres como Lynyrd Skynyrd. Tampoco faltan en el coctel otros ilustres envenenados por el southern como Rolling Stones, Zeppelin o Faces, quienes a pesar de haber nacido a varios miles kilómetros del Mississippi, con mucho océano de por medio, para el caso es lo mismo, pues convinan a la perfección con el bebedizo resultante en la mágica pócima que ha ido envenenando el corazón de los Vegabonds.
Tras "Dear Revolution", (2010) y "Southern Songs", (2012) llega este "RCA Studio B-EP", un Ep de seis temas que denotan una mayor independencia creativa que beneficia, y mucho, el resultado sónico de los cortes, mas de ellos y menos de otros. De echo en este disco se detectan sombras de soul e incluso disco-funk que no existían en los anteriormente citados, mas rígidos, mas de libro, pero menos personales, demasiado ceñidos a la ortodoxia impuesta por los grandes del genero, que va siendo bueno que las bandas jóvenes empiecen a tener como una imprescindible influencia, un lugar en el que creer, un oasis al que recurrir cuando la sed del atoramiento inspirador ataca y una puerta que siempre debe estar entornada y nunca cerrada. Pero que va siendo hora de que tengan la conciencia de que ellos son ellos, y su sonido debe ser el de ellos y su personalidad llevar su firma y no la de los Robinson, ni la de Van Zandt, ni la de G. Allman, ni la de Betts...
Esto me parece que empiezan a hacer estos seis osados muchachos en este disco...y esto es para felicitarse y, sobre todo, felicitarles a ellos.
Y esa mezcla de tradición y nueva savia, exenta al fin de ataduras, libre de volar y explorar y en alguna ocasión equivocarse, seguro, esa mezcla digo, tiene como resultado este disco, interesante, poderoso y en cierto modo diferente, fresco, atrevido... aunque solo en detalles, pero es un principio.
El primer motivo para acercar las orejas a este disco es el primero de sus temas: "Watching You", empieza clásica, con un riff que hubiesen firmado los Skynyrd sin ningun problema, pero al empezar Daniel Allen, fantástico cantante, a escupir su veneno nos sorprenden unas voces femeninas que soulifican el tema dándole una vuelta, un aire diferente, ritmo machacón de viejo tema sureño, órgano hammond y guitarra punteando tímida y lejana, estribillo largo y denso, blues y rock luchando con el soul por ganar la partida de este tema, triple empate y temazo espectacular.
El segundo motivo se titula "Run Boy Run" y como el anterior empieza con un clásico riff sureño, el hammond vuelve ha hacer su aparición, lúgubre, fantasmal, como una leyenda de miedo contada en voz baja a los niños delante de una fogata, vuelve el soul en forma de voces femeninas que redondean un adictivo, clásico y pegadizo estribillo, bajos y guitarras entrelazando sus piernas en una febril danza sonora...una locura de tema señores.
"Sink or Swim" empieza dando caña rítmica al asunto, un piano honky-tonk allana el camino para que Daniel Allen abra la caja de los truenos canoros, ritmo de viejo cuño, Bryan Harris y Paul Bruens, batería y bajo respectívamente son los culpables de que esta banda circule por los carriles del autopista sonica que conecta tu sistema nervioso con el sonido que vomita el ampli a una velocidad vertiginosa, realmente una base rítmica de mucha enjundia, que son la base de este tema, nuevo motivo para no perderse este EP.
¿Pero esto que es?...unas teclas, unas voces femeninas de cadencioso discurrir, melodía pegadiza, popera, ritmo bailable...¡Coño, parece música disco!, y yo creo que realmente lo es, guitarras ácidas, funkis, coros que recuerdan los últimos setenta y sus fiebres nocturnas sabadeñas, de repente un estribillo repite "Wake Up" una y otra vez, normal pues es el título de este dance, y una voz que se parece, o a mi me lo parece, terriblemente a la de la inefable Shakira, haciendo la cobertura, osado tema y que además intenta algo nuevo y que pienso que funciona, me gusta...
"Devil of a Girl" nos ataca con un ritmo sincopado guitarrero continuo, Alex Cannon y Richard Forehand se encargan de las cuerdas y creerme que lo hacen de miedo, poderosos en los riffs y rítmicos en los trallazos sonicos de mayor envergadura, el rock esta salvaguardado de distorsión en sus amplis, el tema mas rockero y clásico del disco, cuenta con un trabajo excepcional en las guitarras.
El sexto y último motivo para dejarse embaucar por estos tíos es el tema que cierra el disco"Whiteboy Smooth", mas lento, mas mundano, mas desprovisto de fuego sonoro, discurre pausado cual caballo fatigado bajo el sol de Alabama que transporta a su jinete a paso lento, dejándole disfrutar de la brisa, vigilando que el rojo atardecer no se convierta en negra noche antes de tiempo, un tema precioso, muy maduro e intencionado, con las guitarras sonando, dejando ecos de misterioso blues en lontananza...y las teclas de Jamie Hallen fusionándolo todo, pasando inadvertido, sordo y ciego...una despedida a la altura.
Creerme, este disco pasa en un suspiro, y deja tras de si un único deseo, volver a empezar, enumerar las causas que te convencen de que estás ante un disco realmente bueno, y en cierto modo "diferente", con seis temas, seis temas que son los protagonistas del disco, por su personalidad y por ser elemento de diferenciación con respecto al southern mas rutinario que vienen haciendo algunos de sus compañeros de generación, espero que no sea un sueño, ni imaginaciones mías y que podamos asistir a un resurgimiento del género, a base de nuevas sensaciones musicales, este disco sugiere algo de eso.
Donde había dos bandas en 2008, quiso el destino que hubiese solo una en 2009, esa una, es The Vegabonds.
Seis músicos que superan con poco margen la veintena y que destilan por los poros de la piel una herencia casi genética, la del rock sureño, un sudor que concentra los olores y sabores de los venenos ingeridos durante las escuchas de la embrujadora música del sur, atracones de Allman Brothers, Gov't Mule, The Black Crowes y como no, de vecinos ilustres como Lynyrd Skynyrd. Tampoco faltan en el coctel otros ilustres envenenados por el southern como Rolling Stones, Zeppelin o Faces, quienes a pesar de haber nacido a varios miles kilómetros del Mississippi, con mucho océano de por medio, para el caso es lo mismo, pues convinan a la perfección con el bebedizo resultante en la mágica pócima que ha ido envenenando el corazón de los Vegabonds.
Tras "Dear Revolution", (2010) y "Southern Songs", (2012) llega este "RCA Studio B-EP", un Ep de seis temas que denotan una mayor independencia creativa que beneficia, y mucho, el resultado sónico de los cortes, mas de ellos y menos de otros. De echo en este disco se detectan sombras de soul e incluso disco-funk que no existían en los anteriormente citados, mas rígidos, mas de libro, pero menos personales, demasiado ceñidos a la ortodoxia impuesta por los grandes del genero, que va siendo bueno que las bandas jóvenes empiecen a tener como una imprescindible influencia, un lugar en el que creer, un oasis al que recurrir cuando la sed del atoramiento inspirador ataca y una puerta que siempre debe estar entornada y nunca cerrada. Pero que va siendo hora de que tengan la conciencia de que ellos son ellos, y su sonido debe ser el de ellos y su personalidad llevar su firma y no la de los Robinson, ni la de Van Zandt, ni la de G. Allman, ni la de Betts...
Esto me parece que empiezan a hacer estos seis osados muchachos en este disco...y esto es para felicitarse y, sobre todo, felicitarles a ellos.
Y esa mezcla de tradición y nueva savia, exenta al fin de ataduras, libre de volar y explorar y en alguna ocasión equivocarse, seguro, esa mezcla digo, tiene como resultado este disco, interesante, poderoso y en cierto modo diferente, fresco, atrevido... aunque solo en detalles, pero es un principio.
El primer motivo para acercar las orejas a este disco es el primero de sus temas: "Watching You", empieza clásica, con un riff que hubiesen firmado los Skynyrd sin ningun problema, pero al empezar Daniel Allen, fantástico cantante, a escupir su veneno nos sorprenden unas voces femeninas que soulifican el tema dándole una vuelta, un aire diferente, ritmo machacón de viejo tema sureño, órgano hammond y guitarra punteando tímida y lejana, estribillo largo y denso, blues y rock luchando con el soul por ganar la partida de este tema, triple empate y temazo espectacular.
El segundo motivo se titula "Run Boy Run" y como el anterior empieza con un clásico riff sureño, el hammond vuelve ha hacer su aparición, lúgubre, fantasmal, como una leyenda de miedo contada en voz baja a los niños delante de una fogata, vuelve el soul en forma de voces femeninas que redondean un adictivo, clásico y pegadizo estribillo, bajos y guitarras entrelazando sus piernas en una febril danza sonora...una locura de tema señores.
"Sink or Swim" empieza dando caña rítmica al asunto, un piano honky-tonk allana el camino para que Daniel Allen abra la caja de los truenos canoros, ritmo de viejo cuño, Bryan Harris y Paul Bruens, batería y bajo respectívamente son los culpables de que esta banda circule por los carriles del autopista sonica que conecta tu sistema nervioso con el sonido que vomita el ampli a una velocidad vertiginosa, realmente una base rítmica de mucha enjundia, que son la base de este tema, nuevo motivo para no perderse este EP.
¿Pero esto que es?...unas teclas, unas voces femeninas de cadencioso discurrir, melodía pegadiza, popera, ritmo bailable...¡Coño, parece música disco!, y yo creo que realmente lo es, guitarras ácidas, funkis, coros que recuerdan los últimos setenta y sus fiebres nocturnas sabadeñas, de repente un estribillo repite "Wake Up" una y otra vez, normal pues es el título de este dance, y una voz que se parece, o a mi me lo parece, terriblemente a la de la inefable Shakira, haciendo la cobertura, osado tema y que además intenta algo nuevo y que pienso que funciona, me gusta...
"Devil of a Girl" nos ataca con un ritmo sincopado guitarrero continuo, Alex Cannon y Richard Forehand se encargan de las cuerdas y creerme que lo hacen de miedo, poderosos en los riffs y rítmicos en los trallazos sonicos de mayor envergadura, el rock esta salvaguardado de distorsión en sus amplis, el tema mas rockero y clásico del disco, cuenta con un trabajo excepcional en las guitarras.
El sexto y último motivo para dejarse embaucar por estos tíos es el tema que cierra el disco"Whiteboy Smooth", mas lento, mas mundano, mas desprovisto de fuego sonoro, discurre pausado cual caballo fatigado bajo el sol de Alabama que transporta a su jinete a paso lento, dejándole disfrutar de la brisa, vigilando que el rojo atardecer no se convierta en negra noche antes de tiempo, un tema precioso, muy maduro e intencionado, con las guitarras sonando, dejando ecos de misterioso blues en lontananza...y las teclas de Jamie Hallen fusionándolo todo, pasando inadvertido, sordo y ciego...una despedida a la altura.
Creerme, este disco pasa en un suspiro, y deja tras de si un único deseo, volver a empezar, enumerar las causas que te convencen de que estás ante un disco realmente bueno, y en cierto modo "diferente", con seis temas, seis temas que son los protagonistas del disco, por su personalidad y por ser elemento de diferenciación con respecto al southern mas rutinario que vienen haciendo algunos de sus compañeros de generación, espero que no sea un sueño, ni imaginaciones mías y que podamos asistir a un resurgimiento del género, a base de nuevas sensaciones musicales, este disco sugiere algo de eso.
Metido en bucle ando de forma continuada con "Wake up"... Creo que mis vecinos merecen despertar a este buen ritmo... Voy a ello.
ResponderEliminarMe desenganche un poco de ellos tras Southern Sons, aunque creo que su debut Dear Revolution es un gran disco, aglutinador de la esencia sureña salpimentada de muchos matices que le imprimen cuño propio. Lo dicho, había adquirido muchos prejuicios para lanzarme a escuchar a este Ep, que parece mercer su oportunidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
jossanpero: Esa preocupación por la felicidad de tus vecinos dice mucho de tus valores humanos, celebro tener a tan gran tipo entre mis colaboradores jajaja... es un tema fenomental, bailable y divertido.
ResponderEliminargracias y un saludo.
Aurelio: Hombre, que alegría verte por aqui, estoy muy contento Aurelio.
si es verdad que el último disco decepciona un poco, pero este album, creo que lo han hecho con mas calma, mas tiempo y esta muy bien, quizas sea lo que mas me gusta de ellos hasta ahora.
Bienvenido a tu casa y un abrazo.
Buf, se me acumula la faena de manera muy alarmante con todas las novedades que hay en el mercado.
ResponderEliminarEscuché su anterior trabajo pero sin prestarle mucha atención. A ver si con este les doy una mejor oportunidad a esta gente.
Saludos.
Rockland: Asi estamos todos tío...Esta el mercado ardiendo de discos nuevos y claro es imposible llegar a todo, hay alguno que espero hace tiempo y que aún no lo he desenvuelto.
ResponderEliminarEs me parece bastante mejor que el anterior, incluso me parece mejor que el primero, cuando puedas prueva, espero que te guste.
Saludos.