Imagino que alguno se estará preguntando que es ese simbolo: ¿¿¿???...
Esto quiere decir mas o menos: ¿Esto de que va?, si alguien lo sabe que me lo explique y así me entero yo también.
Sigo y admiro a Leroy Powell desde la primera vez que le escuche, defendí como casi nadie su anterior entrega, aquel bipolar disco editado el año pasado y que llevaba por título "Life and Death" y que para muchos supuso una pequeña decepción.
Desde sus comienzos como guitarra acompañante de Shooter Jennings este californiano ha ido dejando tras de si rastro de su talento, cual Pulgarcito señalando a base de piedrecillas el camino de vuelta Mr. Powell iba dejando trocitos de su arte en los recodos de un camino que habría de llevarnos a la escucha y disfrute de su primer disco, creado a rebufo de su actividad con el hijo de Waylor, titulado: "Leroy Powell", 2007, y en el que el country es el estilo que marca la pauta general.
Evolución sónica y paulatino enriquecimiento de su oferta hasta la llegada en 2010 del soberano "Atlantis", aquí aparece la que sigue siendo su banda, The Messengers y en su tejido estilístico hacen acto de presencia ademas del country, otros sones como el soul, el southern o el blues de forma mucho mas decidida, creando un disco de enorme riqueza musical que se une a unas maduras composiciones para cuadrar un trabajo excelente.
Seguido en 2011 por el mas robusto desde el punto de vista instrumental "The Snowblind Moonshine Deathride", con el rock mas guitarrero y distorsionado haciéndose un hueco, otro fantástico disco que evidenciaba que Leroy Powell era un artista inquieto, que se negaba a vivir atado a un sonido único y que necesitaba zigzaguear entre los senderos y bifurcaciones que ofrece ese frondoso bosque que es la música contemporánea americana.
El anteriormente comentado "Life and Death" con dos caras muy claramente diferenciadas, una crepuscular y debatiéndose entre el folk y su iniciático country y otra mas bluesera, rockera y experimental, con guiños al boogie duro y embarrado de ZZ-Top, continuaba la evolucìón y esa actitud libertaria de facturar los sonidos que le apetecía en cada momento.
Ahora llega, en este desigual y un tanto frustrante 2014 el octavo trabajo de Leroy Powell and The Messengers, recibe el paranoico titulo de: "The Overlords of the Cosmic Revelation", y lo cierto es que no desentona con lo que nos encontramos en cuanto abrimos el álbun.
Que a nadie le quepa ninguna duda de que el señor Powell sigue haciendo lo que le apetece o viene en gana, y no seré yo quien le ponga puertas al campo de la creatividad de este artista, pero sinceramente, a mi me asalta una cuestión: ¿¿¿???...¿Esto de que va?.
Tras una apertura en la que un instrumental electrónico: "Weightlessness", diluye en una relajada y sencilla melodía una acústica y una eléctrica de aire glam con una voz en off como perdida en el cosmos narrando unas frases inconexas, finalmente un sintetizador desarrolla una relajante melodía hasta que nos lleva a la extinción del tema apagándose poco a poco y dejando una sensación de incoherencia un tanto molesta.
A partir de ahí, un poco de todo, dentro del marco de un sonido de densa y recargada producción va desfilando ante, al menos mis sorprendidos oídos, un rock de calado comercial y sonido muy luminosos con unos sintetizadores haciendo de muro de sonido y apagando unas guitarras con mas bien poca chicha, estribillo bailable y popero, se trata del segundo corte, la aburrida y simplona "Time Files", no parece para nada el Leroy de otras ocasiones.
Roncas guitarras presentan "King Kong", sonoridad boogie-rock y estribillo seco, la cosa mejora aunque no termina de funcionar, además unos teclados raros, a lo ELO pero fuera de contexto lo terminan de estropear.
Efectos espaciales para el tema que da titulo al disco, arpegio de guitarras y tenue ambientación rodeando la voz de Powell que va desarrollando uno de los temas mas logrados del disco, con un toque AOR que la hace al menos atractiva.
"Rising" es rock nervioso y de feliz concepción rítmica, pero nuevamente la producción y las guitarras selladas entre si, con teclas y efectos sonoros añadidos no terminan de convencer a quien suscribe.
Caja de ruidos, teclados empalagosos, guitarras como de juguete me viene a la mente de nuevo la pregunta del principio ¿¿¿???... un instrumental ilógico este "Brave New World", mas baterías que suenan enlatadas y sonidos de sintético traje electrónico y melodías sin grasas ni proteínas, mejor pasar de largo por "Lost in The Future".
Mezcolanza sónica de voces y guitarras con ritmo de plástico y carencia de melodía en otro sorprendente corte: "Liz" que da paso al mas sorprendente todavía y nuevamente instrumental: "Brainscan".
Con lo que llevo encima "Star" me suena a gloria, a country, a folk, a pop, demasiado dulce y poco creíble, pero la melodía es bonita, francamente, ha estas alturas estoy hecho un lío.
Precioso tema en cambio me parece "Death Machine", suena a musical de Lloyd Webber, pero melódicamente es bonito, y las baterías parecen baterías y el estribillo tiene intensidad épica y acentos del Bowie mas pretencioso y hierático, aquel blanco y flaco, el mejor tema del disco, aunque ni de palo suena a Leroy Powell.
Y el trabajo termina con un tema digerible y de agradable pase melódico aunque con recargada producción, un pop de delicado e inofensivo estribillo, punto final con la correcta melodía de "Checking Out", que vuelve a traerme al recuerdo al duque.
No voy a engañar, esta crónica la he escrito con solo cuatro o cinco escuchas, pero creo que son suficientes para captar lo que este producto ofrece, me parece extraño por tratarse del artista que se trata, y bastante incoherente en su concepción, solo se me ocurre pensar que en esta ocasión al gran Leroy Powell se le ha ido la mano, a ver que os parece.
Esto quiere decir mas o menos: ¿Esto de que va?, si alguien lo sabe que me lo explique y así me entero yo también.
Sigo y admiro a Leroy Powell desde la primera vez que le escuche, defendí como casi nadie su anterior entrega, aquel bipolar disco editado el año pasado y que llevaba por título "Life and Death" y que para muchos supuso una pequeña decepción.
Desde sus comienzos como guitarra acompañante de Shooter Jennings este californiano ha ido dejando tras de si rastro de su talento, cual Pulgarcito señalando a base de piedrecillas el camino de vuelta Mr. Powell iba dejando trocitos de su arte en los recodos de un camino que habría de llevarnos a la escucha y disfrute de su primer disco, creado a rebufo de su actividad con el hijo de Waylor, titulado: "Leroy Powell", 2007, y en el que el country es el estilo que marca la pauta general.
Evolución sónica y paulatino enriquecimiento de su oferta hasta la llegada en 2010 del soberano "Atlantis", aquí aparece la que sigue siendo su banda, The Messengers y en su tejido estilístico hacen acto de presencia ademas del country, otros sones como el soul, el southern o el blues de forma mucho mas decidida, creando un disco de enorme riqueza musical que se une a unas maduras composiciones para cuadrar un trabajo excelente.
Seguido en 2011 por el mas robusto desde el punto de vista instrumental "The Snowblind Moonshine Deathride", con el rock mas guitarrero y distorsionado haciéndose un hueco, otro fantástico disco que evidenciaba que Leroy Powell era un artista inquieto, que se negaba a vivir atado a un sonido único y que necesitaba zigzaguear entre los senderos y bifurcaciones que ofrece ese frondoso bosque que es la música contemporánea americana.
El anteriormente comentado "Life and Death" con dos caras muy claramente diferenciadas, una crepuscular y debatiéndose entre el folk y su iniciático country y otra mas bluesera, rockera y experimental, con guiños al boogie duro y embarrado de ZZ-Top, continuaba la evolucìón y esa actitud libertaria de facturar los sonidos que le apetecía en cada momento.
Ahora llega, en este desigual y un tanto frustrante 2014 el octavo trabajo de Leroy Powell and The Messengers, recibe el paranoico titulo de: "The Overlords of the Cosmic Revelation", y lo cierto es que no desentona con lo que nos encontramos en cuanto abrimos el álbun.
Que a nadie le quepa ninguna duda de que el señor Powell sigue haciendo lo que le apetece o viene en gana, y no seré yo quien le ponga puertas al campo de la creatividad de este artista, pero sinceramente, a mi me asalta una cuestión: ¿¿¿???...¿Esto de que va?.
Tras una apertura en la que un instrumental electrónico: "Weightlessness", diluye en una relajada y sencilla melodía una acústica y una eléctrica de aire glam con una voz en off como perdida en el cosmos narrando unas frases inconexas, finalmente un sintetizador desarrolla una relajante melodía hasta que nos lleva a la extinción del tema apagándose poco a poco y dejando una sensación de incoherencia un tanto molesta.
A partir de ahí, un poco de todo, dentro del marco de un sonido de densa y recargada producción va desfilando ante, al menos mis sorprendidos oídos, un rock de calado comercial y sonido muy luminosos con unos sintetizadores haciendo de muro de sonido y apagando unas guitarras con mas bien poca chicha, estribillo bailable y popero, se trata del segundo corte, la aburrida y simplona "Time Files", no parece para nada el Leroy de otras ocasiones.
Roncas guitarras presentan "King Kong", sonoridad boogie-rock y estribillo seco, la cosa mejora aunque no termina de funcionar, además unos teclados raros, a lo ELO pero fuera de contexto lo terminan de estropear.
Efectos espaciales para el tema que da titulo al disco, arpegio de guitarras y tenue ambientación rodeando la voz de Powell que va desarrollando uno de los temas mas logrados del disco, con un toque AOR que la hace al menos atractiva.
"Rising" es rock nervioso y de feliz concepción rítmica, pero nuevamente la producción y las guitarras selladas entre si, con teclas y efectos sonoros añadidos no terminan de convencer a quien suscribe.
Caja de ruidos, teclados empalagosos, guitarras como de juguete me viene a la mente de nuevo la pregunta del principio ¿¿¿???... un instrumental ilógico este "Brave New World", mas baterías que suenan enlatadas y sonidos de sintético traje electrónico y melodías sin grasas ni proteínas, mejor pasar de largo por "Lost in The Future".
Mezcolanza sónica de voces y guitarras con ritmo de plástico y carencia de melodía en otro sorprendente corte: "Liz" que da paso al mas sorprendente todavía y nuevamente instrumental: "Brainscan".
Con lo que llevo encima "Star" me suena a gloria, a country, a folk, a pop, demasiado dulce y poco creíble, pero la melodía es bonita, francamente, ha estas alturas estoy hecho un lío.
Precioso tema en cambio me parece "Death Machine", suena a musical de Lloyd Webber, pero melódicamente es bonito, y las baterías parecen baterías y el estribillo tiene intensidad épica y acentos del Bowie mas pretencioso y hierático, aquel blanco y flaco, el mejor tema del disco, aunque ni de palo suena a Leroy Powell.
Y el trabajo termina con un tema digerible y de agradable pase melódico aunque con recargada producción, un pop de delicado e inofensivo estribillo, punto final con la correcta melodía de "Checking Out", que vuelve a traerme al recuerdo al duque.
No voy a engañar, esta crónica la he escrito con solo cuatro o cinco escuchas, pero creo que son suficientes para captar lo que este producto ofrece, me parece extraño por tratarse del artista que se trata, y bastante incoherente en su concepción, solo se me ocurre pensar que en esta ocasión al gran Leroy Powell se le ha ido la mano, a ver que os parece.
Está claro que en el disco anterior tuvo un pequeño bajón, pero no creo que a Leroy se le deba tachar de flojo; estamos tan acostumbrados a la excelencia, que cuando alguien aminora un poco, nos echamos encima. Un abrazo, Addison, comparto cien por cien tu punto de vista.
ResponderEliminarAdmiro a Leroy, ha facturado alguno de los mejores discos de esta última decada, pero su libertad e inquietud creativa me temo que le han jugado una mala pasada, se le ha ido la olla un montón, pero seguro que a la siguiente vuelve por sus fueros.
EliminarGracias.
Saludos.
No lo he escuchado atentamente pero veo que le pasa como a Shooter a vecés pierde el norte
ResponderEliminarEso mismo pense yo tras la primera escucha, recordando aquel "The Wolf" de Shooter.
EliminarSaludos.
Estoy todavía con el 'saborete' que me ha dejado Atlantis, y aunque algun tema escuche de su último trabajo, todavía no me he podido poner al 100%, aunque lo poco que probé me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Atlantis es el gran disco de este hombre un discazo impagable.
EliminarAbrazo.
Este disco me tenia intrigadisimo por los comentarios generados en torno a él...pero se me acaban de despejar. NO LO ENTIENDO!! Además me niego a realizar ningun esfuerzo para justificar el trabajo de un gran músico con una trayectoria irregular. Cuando el SR. Leroy se aclare....que me avise!! Solo le prestaré atención si retoma la linea de Atlantis. El resto de sus paranoias ni me interesan y además siempre hay alguien que las hace mejor que él. Centrate Leroy!!
ResponderEliminarAtlantis es un disco mítico, histórico ya, a pesar de lo reciente, sus discos posteriores son realmente buenos en mi opinión, aunque se vislumbraba una tendencia a las idas de olla, pero este artilugio no hay quien lo entienda, y dentro de lo incomprensible no me resulta ni siquiera sugerente o diferente, otra vez será.
EliminarUn abrazo y buen fin de semana.