El caso es que hace algunos años, no tantos, jamas hubiese creído posible que un disco como el que hoy visita estas páginas fuese a ser un material sonoro tan tiernamente degustado y emocionádamente recepcionado por quien escribe esta reseña.
Pero lo cierto es que traigo aquí este trabajo: "A Life Worth Living", último de Marc Broussard, porque desde hace unos días me es complicado desengancharlo del equipo para dar el relevo a otro artefacto, pues el goce y deleite están siendo tónica general desde que hace unos días conocí al mencionado artista gracias a la fenomenal entrada que don bernardo de andres herrero nos ofreció en su imprescindible Mi tocadiscos Dual (pinchar para visitar crónica y lugar).
Bayou Soul dicen que es el nombre de la música que practica el sujeto en cuestión, me parece genial, yo en los surcos de este disco me siento rodeado de evocadoras secuencias soul, de ocasionales ritmos guitarreros de elegante funk, de profundidades sonoras del blues mas dulce e inofensivo que un alma de seda puede facturar, el rock se empapa de pop de bella y elegante factura para fluir como un dulce veneno que se cuela en tu piel para inocularte felicidad en lugar de dolor y la pasión se disfraza de lirismo, el lirismo de sencillez melódica y la melodía de arte salida del alma de un orfebre de las corcheas.
Si además nos encontramos con una producción que inunda todos y cada uno de los recovecos de cada tema del argumento sonoro preciso, huyendo de cualquier asomo de exceso que pueda empalagar, y que mantiene el pulso y la emoción que llevan escarificados en su ADN estas canciones, y de un artista que lo conduce todo hasta tu alma gracias a una voz de seda a veces, de arena en otras oportunidades pero de bello color, dulce y grueso chorro y aristocrático fraseo siempre, es difícil no sentir paz, sublimación y cercanía al concepto universal de belleza escuchando este disco y a este músico.
Doce cortes, doce caricias a cual mas artesana, mas emocionante y mas balsámica...desde la inicial "Hurricane Heart", un digerible y luminoso corte de pop que no deja escapar a la atención rendida a sus lineas melódicas.
Mas funk el segundo corte, guitarras ácidas que empastan con la voz de negro tono y nasal timbre de Broussard para que el hammond termine dando la puntilla a este fantástico "Dyin' Man".
Acústicas y folk nebuloso y voz en falsete para la preciosa "Perfect to Me" y soul de muchos, pero muchos quilates para otra ambrosía melódica como "Man Ain't Supposed to Cry".Maravillosa suena la voz, fuerte y tirante de este gran cantante en "Edge of Heaven" y lo mismo debe decirse en el tema que da titulo al disco, aquí el instrumento se muestra mas desnudo, mas blanco y un tanto crispado en el estribillo, otro hermoso momento.
"Honesty" es mas de lo mismo, ahora mas humeante y envolvente, pero de una soltura melódica que parece nacida de un estado etéreo, como lo es su orquestación de teclas y cuerdas hasta una estrofa final con fuego en la voz, fuego que no quema.
No encuentro palabras para definir "Another Day", tema sublime y absoluta POM, voz quebradiza, piano embriagador y melodía de encantador recorrido, mas el añadido de la preciosa voz de Mattanja Joy Bradley, escucharla es vivirla.
Soul y funky jugando y enredándose entre si en la fantástica y bailable, juguetona "Weigh of the World", "Shine" es otro ejercicio de perfección y elegancia puesta al servicio de la música que solo entiende de fuego, de pasión, de sentimiento...además otra demostración vocal de don Marc Broussard.
Ritmos negroides, baile de sábado noche, ganas de vivir...todo ello en "Give Em Hell" que guitarrea y percusiona con fruicción en su vivido estribillo.
Y final de trayecto con la balada de trazos clásicos, pianos solemnes y canto aterciopelado que se reunen en torno a la bonita melodía de "I'll Never Know".
Bellísimo disco, alejado del rock que azotaba mi cuerpo y alimentaba mis instintos en una cada vez mas lejana juventud, y que si bien sigue haciéndolo, también es verdad que ahora mis oídos y mis rodillas piden un poco de paz, una pizca de pasión relajada mi alma, unas dosis de calma cómoda mi esqueleto y sorbos de emoción mi sediento corazón.
Si me hago viejo o no, me da igual, si es sapiencia o madurez también, lo que si que me importa es vivir la música, tan inténsamente como la sigo viviendo a pesar de los muchos años que lleva viviendo en mi...Marc Broussard es la última prueba de que la música no esta destinada a números sino a sentimientos.
Veo que te ha gustado a mi también me impacto. con esa imagén no esperaba esa voz y ese feeling. No creo que sea cosa de la edad es por qué cada vez necesitamos cosas que nos sorprendan, vamos a la busqueda de lo que nos llega al corazón desechando jovenes prejuicios. Marc empezó ( viendo su discografia) como algo a ll Michel Buble y mira ahora una maravilla. gracias por mención
ResponderEliminarYo tenía la ventaja de la distancia jajajaja, después de leer tu reseña ya sabía que terreno pisaba, la mención es obligada y el disco y la categoria del artista incuestionable.
EliminarAún no he empezado con los primeros discos, todo llegara.
Saludos.
Pues esa enfermedad, nos va llegando y uno lo agradece que aún tengo compañeros pegando la paliza con la remasteriza ciones etc. De Led Zeepelin, q si, q esta muy bien. Pero hay tantas cosas buenas por descubrir, simplemente con un calado y sensibilidad diferente. Me ha encantado el Disco, pillado para mi próximo paseo playero,
EliminarCumplir años es como todo, tiene su parte buena y su parte mala, de inteligentes es quedarse con lo bueno y disfrutarlo y ser capaces de reciclar lo malo en aprendizaje...y aprender es tan bonito en todo...en música mas aún, asi hoy podemos admirar y disfrtar de un disco precioso como este.
EliminarMe alegra que te har¡ya gustado.
Gracias y hasta cuando quieras.
Saludos