Roxy Music es una banda que durante las últimas tres décadas ha estado yendo y viniendo en mis escuchas. Lo mismo me he pasado semanas escuchando sus discos compulsivamente, que he pasado meses e incluso años sin escucharlos.
Cuando los conocí, fue el álbum "Avalon" el que me engancho al glamouroso modo de ver la música de Ferry y compañía. Me gustó el grupo desde el principio, siempre me hizo sentir un 'no se que' de artificial postmodernidad, como una trascendencia vanguardista que enarbolaba mi snobismo intelectual, que me hacían sentirme un dandy interesante y distante, como Bryan, ó como los maniquíes que bailan en la portada de "Manifesto", y eso con 15 años, pues que quieren que les diga, tiene su aquel.
Fueron pasando los años y este sentimiento tan idiota se fue difuminando, pero la música de los ingleses me seguía gustando. Es posible que "Manifesto", que fue mi favorito durante la adolescencia fuera pasando a un segundo plano con el paso del tiempo, decantando mis escuchas en estos últimos años hacia trabajos anteriores como "Siren" o "Stranded", incluso "Avalon" seguía quitando minutos a otras bandas, pero "Manifesto" ya no.
Así a sido hasta este domingo. El motivo es que ojeando vinilos en el mercado que se monta en Bilbao los últimos domingos de mes, en las instalaciones que en Zorrozaure ocupa el grupo de artes Pabellón-6, me tropecé con un ejemplar en perfecto estado y a inmejorable precio (3 pavos) de este disco, no lo pensé ni una décima de segundo y me lo llevé.
Y claro, he dedicado estos días a escucharlo, a recordarlo. "Manifesto" llega tras varios años de silencio del grupo, con una formación integrada por Bryan Ferry, Phil Manzanera, Andy Mackay y Paul Thompson, con alguna colaboración extra como la de Paul Carrack a los sintetizadores.
El cumplir años yo creo que levanta una cortina de humo en la memoria que impide que veamos las cosas con claridad cuando de observar por el retrovisor del pasado se trata, pues no es la primera vez que discos que he pasado años sin escuchar, al repescarlos me parecen distintos, llegando a dudar de que el disco del pasado se corresponda con el que ahora estoy escuchando, esto me ha pasado con este: "Manifesto".
Es evidente el cambio de vestimenta que le ponen a las canciones los chicos de Roxy Music. El estilo glam que domina sus cortes en la primera mitad de los setenta, influenciados en primer lugar por el encanto electrónico de Eno, y tras su marcha romantizados por la elegancia sensual de Ferry, ha desaparecido en este final de década transformándose sus temas en galmorurosos cortes destinados al baile y al hedonismo, siempre que este se entienda de chaqué y con una copa de champán en la mano, claro.
El eclecticismo es el que reina en el sonido del trabajo, bajo la ínfula de la música disco, el pop sintetizado que estaba por llegar empieza ha hacer aparición en algunos temas, fusionandose con un funk blanco y la actitud superficial y cosmopolita de siempre en los trabajos de Bryan Ferry.
El álbum se vió respaldado por dos éxitos comerciales absolutos como: "Angel Eyes", un tema bailable, de ritmo intenso y muy epatable con lo que en aquel 1979 gustaba, y "Dance Away" un tema de sublime melodía y contagioso estribillo que invitaba al baile y a la sensualidad, entre el pop, el disco y el funk, suena ya a nuevos románticos. En ambas, gran trabajo al saxo de Mackay.
El resto de cortes es un batiburrillo desordenado pero de forma muy metódica, momentos mas interesantes como la inicial "Manifesto" o "Trash", mas rockera y directa.
En la cara B destaca la inicial y elegante: "Ain't that so", romántica y lírica. Premonizando el sonido de "Avalon", la divertida: "My little girl" y el funk adictivo y discotequero de "Cry, cry cry".
Me ha gustado recordar este disco, genial portada y algún momento más que notable pero no comprendo, desde mi realidad actual, como pudo ser mi favorito de la banda. Ahora suena y gusta, siempre que no pretendas profundizar en él de modo mas íntimo, pues creo que tras la capa de maquillaje de ellas y el smoking de ellos el disco pierde fuelle, mucho mejor bailarlo y aprovechar para otros menesteres en pareja (o solo).
Me pasa igual en el sentido,,,,que cuando me oigo alguno de sus discos ...paso dias dentro del universo Roxy ....Que banda mas elegante hay?.....ninguna...menuda clase...Unos. genios.
ResponderEliminarUn saludo
Fue un grupo excelente, pero donde esten sus primeros discos...en especial "Stranded"...
EliminarSaludos.
Particularmente, me quedo con los 3 o 4 primeros, pero este incluía esos hits que tu recuerdas y claro eso les hizo vender un montón de discos.
ResponderEliminarAyer estuve viendo a los US Rails en Barcelona y el martes tocan en Bilbao, no te los pierdas aunque solo seáis 50 o 60 personas como en Barcelona. Muy grandes
Si la banda de Tom Guillam es de lo mejor del southern mundial, tocan el domingo en Bilbao y les veré por tercera vez, el sabado que viene les veré por cuarta en Riaza jajaja
EliminarComo los primeros de Roxy Music nada.
Abrazo.
Grupo de singles mas que de albumes. Es esta etapa manifesto, flesh and blood y aavalon la mas interesante si duda
ResponderEliminarMe gusta mucho Avalon pero prefiero la primera epoca, aunque siempre me gusto Roxy Music y tambien Ferry en solitario, especialmente versionando a Dylan.
EliminarSaludos.
¡Menudo chollo!, solo 3 euracos por hacerse con el vinilo. Voy a tener que subir al botxo para comprar. Prefiero claramente la primera época de los Roxy, grupo de grandísima influencia en el primer punk y en el siguiente new wave. Eno era al Roxy de aquella época como Cale lo fue a las primeras grabaciones de Velvet. El motor experimental y arriesgado de la banda. En este "Manifesto" su glamour es un poco más impostado, más de salón, pero siguen sonando elegantes.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Yo tambien prefiero a los Roxy de los primeros años, tenían una frivolidad exquisita y distante, eran unos cracks, estos se tiran mas a lo bailable y funk, siempre he pensado que con una influencia decisiva a este respecto de manzanera.
EliminarGracias por la visita.
Un abrazo.