Es difícil sino imposible que el estómago no te de pinchazos y los párpados no hagan del aleteo su forma particular de expresar la inquietud cuando se tiene la certeza de que en unos minutos va ha hacer acto de aparición el más grande, - o uno de los dos o tres más grandes -, me refiero a Neil Young.
Ese era el estado de los no se cuantos, pero muchos, que el sábado nos congregamos en la esplanada junto a La Caja Mágica de Madrid, para presenciar los conciertos programados en el nuevo festival de la capital del reino, el Madcool, que ha terminado con evidente éxito de público y sobre el cual me permitirán que me ahorre las opiniones y comentarios.
Lo importante era reencontrarme con mi amigo Savoy Truffle, y desde luego ver además de otros artistas programados como The London Souls, magníficos, Gary Clark JR, estupendo también, al grandioso Neil Young.
The London Souls |
Fue una pena que la distancia entre escenarios y lo apretado de los tiempos en cuanto a posibles solapes imposibilitara presenciar a Woods, desde luego me jodió un huevo no poder verles, pero Neil mandaba claro.
Y vamos al lío, salía Neil entre el alboroto general, siempre se experimenta una extraña sensación cuando tienes ante ti a una deidad como ésta, esa sublime sensación de que estas en uno de esos momentos de tu vida que justifican muchas cosas, que ésto no te lo quita nadie y que eres afortunado por estar allí, en grandiosa compañía y asistiendo a un momento artístico absolutamente irrepetible, momento ofrecido por uno de los artistas más decisivos e inmortales de nuestra era.
Salía solo, se colocaba ante el piano y entonaba "After the gold rush", con armómica al pescuezo y la voz un tanto quebradiza, posiblemente aún fría, esto en un par de canciones se solucionó, aunque los que son tan grandes acostumbran a convertir los problemas en virtudes.
Martin D28 al cuello (ya sabéis la que se dice que fué de Hank Williams) y en solitario se marca las siempre emocionantes: "Heart of gold" y "Needle and the damage done", el delirio estaba servido, las pieles atentas al estado de alerta. Vuelta a las teclas, órgano y armónica para cantar a la madre tierra, "Mother earth" sonó sobrecogedora, el sello de un genio.
Aparece la banda, los jóvenes y entusiastas The Promise of the Real, que secundaron al maestro de forma admirable, pues no es fácil seguir a un tipo como éste, bendito anarka musical.
Otra batería de emociones genialmente interpretadas: "Out of ghe weekend", "From Hank to Hendrix" (no me podía creer que la estuviese tocando, una de mis debilidades), "Human Highway", "Unknow legend" y vuelta al piano para deleitarnos con la sorpresiva: "Someday".
El concierto va de menos a más en cuanto a intensidad eléctrica, ahora Neil se arma con una preciosa Gretsch y nos regala del tirón: "Alabama", "Words" (absolutamente maravillosa) y "Winterlong"...a estas alturas todos estábamos convencidos de que el concierto era mítico, en cuanto a la actitud de Neil, el sonido de la banda, el repertorio, otro día de gloria rockera para el cajón de los recuerdos del abuelo cebolleta en el que hemos de convertirnos.
Y tocaba el turno a la tormenta eléctrica, a la épica y el coraje del rock marca de la casa del canadiense, Old Black al centro de la escena (y del mundo) para romper la barrera del tiempo y del espacio con "Down by the river" que fue alargada durante varios minutos en los que se mezcló la rabia con el amor, el alarido con el susurro, el arañazo con la caricia, el trueno con el rocío, la sublime interpretación de la música sin etiquetas por un artista tocado por la vara mágica del crepúsculo. Le siguió "Mansion on the hill" y "Like a hurricane"...que os voy a contar.
Momento de descanso con la sorprendente "Western hero" de "Sleeps with angels" y vuelta a la fiesta con "Rocking in the free world" alargada eternamente y con el respetable entregado a Neil, su banda y un estribillo irreprochable, !momentazo!!!
Parecía que todo se había acabado, la gente dejaba el recinto aunque muchos pedíamos más, nos queríamos quedar a vivir en un concierto de Neil Young, tardó pero apareció, "Love and only love", larga, rabiosa, con el tito en una forma tremenda, mejor que la primera vez que le ví, saltando, con la actitud intacta, sonriendo por momentos, a sus acompañantes que se les veía flipar, este tío es un alien, todo acabó como el estertor de una tormenta de fuego y gloria...ya solo quedaba seguir pensando en lo vivido, que envidia me dan un montón de amigos que hoy van a vivir ésto que tan torpemente he relatado, no saben lo que les espera.
Post dedicado a Javier de Gregorio al que no pude ver porque el viaje fue vertiginoso, bien que lo siento.
Creo que sin exagerar, fuimos testigos del concierto más acojonante de Tío Neil que estos cuerpos han vivido, un akelarre musical descomunal.
ResponderEliminarFuimos muy felices durante 2 horas y 30 minutos.
Abrazos.
fue un compendio de todo, el setlist, la actitud y la banda que disfrutó a tope, un bolo inolvidable. Brutal.
EliminarAbrazos.
Unos amigos míos hasta lloraron :)
ResponderEliminar¡Abrazos!
Es comprensible Victor.
EliminarUn abrazo.
Que envidia compañero.... .:-)
ResponderEliminarMe alegro que lo disfrutaras!
Fue tremendo Hecttor, te lo aseguro, lo hubieras disfrutado de lo lindo.
EliminarUn abrazo.
Sin palabras, me quedó un nudo en la garganta durante muchas horas después del concierto. Lástima no vernos Addi, ni a tí ni a Savoy. Fuí de chaperon con dos sobrinos que vinieron exprofeso de Mallorca.
ResponderEliminarFuerte abrazo,
JdG
Nos vemos en breve Javier, el concierto esta claro por aclamación que fue una pasada, tus sobrinos no hicieron el viaje en balde.
EliminarUn abrazo.
afortunado y eso que yo estas macrogiras no son de mi ideal. lo oido y leido estuvo sublime.
ResponderEliminarYo cada vez soy más de sala, pero hay artistas que su grandeza llega toquen donde toquen y en cualquier circustancia, Neil es uno de éstos.
EliminarSaludos.
Os tengo envidia y la envidia con todo lo que digan no es sana.
ResponderEliminarMe hubiese encantado ver a este gran músico incombustible, si además con sus setenta años ofrece el espectáculo que decís me he perdido algo único. En fin que cien años dure.
Saludos
Fue un concierto mítico, es increible su actitud, sigue como la primera vez que le ví hace ya muchos años, pero no te preocupes, para la próxima, este tiene aún cuerda.
EliminarUn abrazo.