Pero aquí está, de la mano del extraordinario y muy sofisticado realizador George Cukor. Uno de los grandes del Hollywood de la edad de oro sin duda, y que en 1944 filmó la versión americana de la obra teatral del británico Patrick Hamilton, que ya fuese llevada al cine en Europa y que en Broadway gozó de un importante éxito.
Para ello embarca en la nave a tres estrellas de la época y grandes interpretes: Ingrid Bergman, Charles Boyer y Joseph Cotten.
Suspense en un entorno victoriano londinense. Lo lleva Cukor a una gran intensidad barroca gracias a la puesta en escena, la trama se hace cada vez más inquietante debido a una extraordinaria fotografía que juega con la luz de manera decisiva incluso para el guión, y unos exteriores siempre abarrotados de niebla.
Por supuesto el elenco está notable, destacando un magnífico Boyer encarnando a un maléfico y enfermizo pianista europeo, capaz de congelar corazones con la expresión de un rostro dominado por una mirada desquiciada.
Esta semana intrigas y ambiciones en el nebuloso Londres del siglo XIX con la estupenda "Luz que agoniza".
¡Feliz semana!
Una película espléndida. Me encanta esta sección tuysa, Addi.
ResponderEliminarAbrazos.
Me gusta ese ambiente que crea Cukor en el que 'sabes' que algo va mal, se intuye incluso en los primeros momentos más luminosos.
EliminarGracias Gonzalo.
Un abrazo.