Una de las noticias más ilusionantes del año en curso ha sido la vuelta de The Dream Syndicate a los estudios para facturar material nuevo.
En estos casos, es habitual que la fe a la que se hace merecedora la historia de la banda, se mezcle con el recelo ante lo que pueda deparar un disco nuevo casi treinta años después de su última obra.
No es catastrofismo, ni pecar de agorero el tener dudas a este respecto: el mundillo está repleto de casos como el presente, en los que la decepción ante la realidad de un nuevo material evidentemente inferior a lo recordado y con los años venerado, deposita en el melómano de turno una mancha de amarga decepción.
No citaré ningún ejemplo de lo expuesto, todos tenemos algún caso de éstos en la cabeza. Pero si diré, para tranquilidad general, que esto no ocurre con "How did I find myself here?", el nuevo trabajo de The Dream Syndicate.
Steve Wynn es mucho Steve Wynn, y la verdad es que resultaría extraño que un tipo como éste se decidiera a ofrecer un producto mediocre, no viene siendo esa su costumbre en ninguno de los proyectos que a acometido en los últimos casi cuarenta años, no sería de recibo cortar esta tendencia.
Con lo cual, sin prisas pero sin pausa, hace unos días que abrí este nuevo álbum de una de las bandas definitivas de los ochenta (y más allá), para encontrarme el disco que paso a comentarles:
Como era de esperar, el grupo tira por derroteros sónicos, que sin traicionar ninguna de las propuestas hasta la fecha expuestas, intenta buscar rincones no explorados y que puedan ajustarse al latido musical de la banda, lo consiguen por supuesto.
Así, el disco ofrece una gama de esencias sónicas que determinan un fino tapiz de riqueza y variedad dentro de la coherencia. Como siempre, las melodías se desarrollan de forma cadenciosa, a base de escuchas. El disco se comporta con el oyente como un bálsamo, que poco a poco, y con la ayuda de un tenue masaje, va filtrándose por los poros, tomándose su tiempo en ejercer su terapéutico propósito.
Abren con una oferta más 'sencilla': "Filter me throw you", temazo lleno de épica ochentera, casi new wave, pero con un rotundo y bello entramado de guitarras, y un adictivo y pegajoso estribillo.
En un orden sónico similar se mueve "Glide", con contorsiones eléctricas de guitarras, una base rítmica que apunta al periodo siniestro, y esa espiral rock hipnótica que hace de los Syndicate una banda tan absorbente.
Se orillan hacia oscuridad de garito y ruidos subterráneos en la turgente e infecciosa: "Out of mmy head"; y no dan tregua con la lúgubre y resbaladiza: "80 west", extraordinario tema de tenebroso sonido que raya con el post-punk.
En la lírica "Like Mary" la textura del sonido se entrevereda con una melodía en la onda de Lou Reed y su sub-mundo, pero muy Syndicate.
Se aproximan al grunge, al vertiginoso delirio rítmico con la irresistible y arrítmica: "The circle", absolutamente demoledora; y tras esta explosión de viveza, nos enfrentamos al tema homónimo, una reiteración de códigos sonoros y aplicaciones rítmicas de once minutos que atrapa al tiempo que envenena, que se degusta con la complicidad de la ausencia de lo terrenal, magia sonora.
Y finalizamos con un tema de Kendra Smith, miembro pretérito de la banda y parte de los estupendos Opal, titulado "Kendra's dream", y que burbujea en un estado de semi-ebullición que no llega a explotar, y que crea una inquietud poética muy especial, otro gran momento y un cierre excepcional para el disco.
No estaba previsto, la verdad, pero se confirma lo que la mayoría suponíamos: The Dream Syndicate han vuelto para dejar constancia de su grandeza, de que han nacido para dejar cicatrices y fuentes sangrantes de arte y excelencia en la piel de todos los que aman la música, que lo suyo es definirse como una banda imprescindible que vive al margen de ortodoxias y pequeñeces globales o mediaticas. Uno de los discos del año.
Es un disco extraordinario aunque no me parece ni mucho menos el mejor del año pero que consigue mantener el nivel de un artista que nunca falla, como es Steve Wynn, y eso es mucho. Abrazos.
ResponderEliminarEl disco me ha gustado mucho, he intentado no compararlo con los discos de los ochenta. Me parece dd los discos del año, pero mis favoritos totales están más o menos decididos y ahí no entra, creo que Hitchcock, Parsons, Danny de la Matyr y alguno más juegan una liga aparte.
EliminarUn abrazo.