Ayer, definitivamente, y en el Antzoki, era el día elegido por el destino. Curiosamente, y a pesar de tratarse de una artista local, con una dilatada trayectoria, era el primer bolo de Rubia en la sala de Jardines de Albia como grupo principal, una curiosidad que ya es historia.
La fiesta, pues se trataba también de eso, daba comienzo con Margo Cilker, una joven cantante y compositora californiana, que al menos a un servidor conquistó, por su bonita voz, sus hermosas coplas y una simpatía que se desbordaba por su sonrisa, conocedora de nuestra Euskadi, nos ofreció una bonita canción dedicada a Billbao: "Billbao precipitation", además se comunica en un muy buen castellano, encantadora, la seguiré la pista a partir de hoy.
Bandcamp de Margo Cilker aquí.
Y llegaba la guinda del pastel; con toda la banda, -ocho personas-, sobre el escenario, se incorpora Sara Iñiguez, Rubia, con encanto y glamour, impactante, como una Dusty Springfield, pero (curiosamente) en morena.
Custodiada por Adrián Bárcena y Jokin Salaverria en la guitarra y el bajo respectivamente, y con adición de teclas, vientos, coros, e incluso violín; desde el primer acorde, la bilbaína desplegó su arte, su saber hacer y su encanto, al servicio de unos temas, pertenecientes en bloque a sus dos últimos trabajos: el mentado "The Game" y el anterior "Barman", del que también hablamos esta reseña.
Con perfecta desenvoltura y encanto actuando como frontwoman, y también perfecta tras el teclado, brilló la estrella de la noche, ciertamente.
Como digo, el set se basó en los dos últimos discos de la artista, por lo cual fue enteramente en ingles, sonaron: "The Game", "Howl", uno de los adelantos, la funky/soul: "Anyone", el villancico triste: "Dead on the snow", la radiante: "Teenage heartbreaker", "Bessie"... también hubo hueco para el homenaje a Garnet Mimms haciendo sonar la excelente: "A quite place"... en definitiva, el estupendo "The Game".
Pero, como digo, con presencia de "Barman", con una irresistible: "City of angels" entre otras, favorita personal.
Para los bises, la elegida fue "Honky cat", el magnífico tema de Elton John, que lució de lujo en la cover de Rubia, y otra copla de "The Game" para terminar, la excitante: "My boy".
A mi personalmente me supo a poco, me hubiese quedado un rato -o dos- más, por lo cual quiero decir que ha merecido la pena la espera.
Otra gran noche de rock and roll.
Durante el concierto, Sara hizo una oportuna reflexión en voz alta, y quiero hacerme eco de ella aquí. En esta bitácora muchas veces he comentado la pena que da no ver apenas público joven en los conciertos, esto es un hecho.
Pero, como comentaba ayer Sara, si los que acudimos habitualmente a los conciertos, no hubiésemos empezado a asistir a bolos cuando contábamos 14 o 15 años, ¿lo haríamos ahora?.
Esto viene a colación a propósito de la absurda, ridícula y retrógrada ley que no permita la asistencia de menores de edad a eventos musicales.
Según parece, (yo lo ignoraba) existe una plataforma que lucha contra este degradación cultural e injusticia social, se llama: '#Queremosentrar', y os animo a visitarla y cada cual en la medida de sus posibilidades, a propagarla, aquí el enlace: http://queremosentrar.com/
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