En estos tiempos de festivales multitudinarios, giras alrededor del mundo donde parece importar más el merchandising que la música y ventas a espuertas de toneladas de humo, un concierto donde la materia prima con que se construyen las canciones son cosas tan en declive como: sensaciones, emociones, sinceridad, cercanía o poesía, desgraciadamente no es de esperar que sea el evento del sábado más comentado en la ciudad.
Txema Mendizabal se acercó a Bilbao en la tarde/noche de ayer sábado para dar un recital repleto de sinceridad, poesía, cercanía, emoción y sensaciones, en efecto no fue lo más comentado de la ciudad, pero si lo más bonito que ocurría en un Bilbao iluminado y jolgoreado en la ya famosa Noche Blanca.
Llegaba el bilbaíno afincado en Valencia a su tierra chica, empapado de una evidente, comprensible y confesada emoción, con la cariñosa presencia de los suyos y unos cuantos ajenos que nos unimos a la fiesta de las canciones que esperábamos encontrar (y que encontramos) en el histórico Cotton Club, lo hizo acompañado de una escueta pero más que suficiente banda compuesta por Alex Casal (bajo), Luis Alcober (teclados) y Thomas Varus Mantovani (batería).
El pase dio buena cuenta del excelente "Golpe de estado", disco debut de Mendizabal del que ya hablamos aquí y cuyas canciones fueron desglosadas con la humildad de los sinceros de corazón y con una breve y amena explicación del origen de cada una que en más de una ocasión arrancaron sonrisas y gestos de asentimiento por aquellas frases que no terminas de encajar, y que ahora ya lo hacen.
Además pudimos escuchar algunas canciones del que será su próximo elepé, que empezará a ser grabado en otoño, y que la verdad es que pintan genial habida cuenta de que con una única escucha ya impactaron y dejaron huella "Pequeña Irene" o "Boca del lobo" entre el respetable.
Txema se vio un poco limitado por algún problemilla con la garganta que le hizo tirar de oficio y ganas en la parte final del bolo, pero que no restó emoción a canciones como "Golpe de estado", "El día que te liberes" o "Cuatro".
Como no puede ser de otra manera hubo bises, más concretamente "A corcheas" y "Claridad y certeza" que supusieron un perfecto colofón a un estupendo y emotivo concierto que todos los asistentes disfrutamos y así lo expresamos en los típicos coloquios improvisados tras la finalización del mismo.
Anoche no hubo un gran merchandising, ni decibelios, ni cañones de luz... ni humo; anoche hubo canciones, muy buenas canciones.
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