Una de las novelas que más me ha impresionado, si no la qué más, ha sido "El retrato de Dorian Gray". Leí la historia victoriana ideada por Oscar Wilde muy joven, tal vez demasiado y con el paso de los años he repetido, así que cuando me enfrenté a la película por primera vez no las tenía todas conmigo.
Existen dos versiones de la historia del pérfido Dorian Gray, una moderna que no merece ningún comentario, y otra filmada en 1945 por Albert Lewin que es francamente excelente.
Si hay una sensación que se desprende de la lectura del clásico de Wilde, esa es la inquietud, y la película logra que este estado invada al espectador durante el visionado de la misma. El guión es ciertamente fiel al texto original y tanto las interpretaciones, en especial cómo no la del inconmensurable George Sanders recreando al travieso y cínico Lord Henry Wotton, son adecuadas y notables.
También la ambientación es excepcional, se recrea el Londres victoriano de manera notable y también el lóbrego ambiente de los bajos fondos. Los ingredientes de que se nutre la novela son puestos sobre la cinta y exhibidos de forma contundente, el fino tono erótico/lujurioso del personaje central, las sutiles referencias a la homosexualidad, los instintos mezquinos y egoístas de la burguesía londinense, la hipocresía y también el miedo a lo que dicte el destino.
Literatura y cine, una combinación perfecta cuando funciona, como es en el caso de "El retrato de Dorian Gray".
¡Feliz semana!
Interesante film,,,pero es cierto que esperaba más cuando lo vi.
ResponderEliminarUn saludo
A mi me gustó mucho, igual porqué me esperaba menos, a veces pasa así.
EliminarSaludos.