Hablar de Kenji Mizoguchi es hablar de la máxima expresión del cine como arte, como lenguaje y como vehículo de belleza plástica. Hablamos pues, de uno de los realizadores más grandes de la historia.
En el drama medieval titulado "Cuentos de la luna pálida de agosto" nos demuestra el porqué de mis palabras. Filmada por el maestro con su habitual distancia, pero con una elegancia y fluidez milagrosa, nos relata la historia de dos aldeanos que en plena guerra civil plantean hacerse ricos y abandonar sus profesiones y familias, uno sueña con hacer fortuna como alfarero y el otro como samurai.
Misteriosa y romántica, profundamente bella, con momentos de enorme emoción, se trata de un film hechicero y fantasmal, profundo y sabio.
Una cinta imprescindible, radiante y sublime, el cine rebozándose su su propia grandeza, extrayendo de si mismo todo lo bueno que tiene, lo grande que puede ofrecer y haciendo vida y pálpitos en cada fotograma.
Pasamos la semana con la obra maestra del gran Mizoguchi "Cuentos de la luna pálida de agosto".
Genial director. Esta es una de mis pelis favoritas del cine. Una obra maestra.
ResponderEliminarUn saludo
Gran realizador y maravillosa película, una obra maestra incuestionable.
EliminarGracias, Saludos.
De los grandes maestros de siempre. La que comentas es genial, pero tiene varias obras magnas.
ResponderEliminarAbrazos.
Claro que si, también barajé la posibilidad de "Los amantes crucificados", pero creo que esta es la película que más me emociona.
EliminarAbrazos.
Y "La calle de la vergüenza".
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