Hace unas semanas, mi compadre King Nikochan nos proponía la escucha de un par de discos desde su perfil del caralibro, como el que sabe, sabe, le hicimos caso. Uno era a propósito del nuevo proyecto de Jonah Tolchin bautizado como Dharmasoul y que aún tengo pendiente de catar. El otro era relativo a una joven banda que se denomina The Nude Party y que han publicado en este 2018 su primer larga duración de título homónimo, aunque ya dieron un toque de atención hace un par de cursos con un EP titulado "Hot Tub".
Según reza su biografía estos tipos se conocen desde adolescentes y aprendieron a tocar juntos. En sus inicios tocaban en numerosas fiestas universitarias en las que el colofón solía tener que ver con el arte del desnudo (imagino que colectivo), de ahí su llamativo nombre.
Lo que entonces posiblemente nadie pensaría es que la formación iba a tomarse en serio lo de la música y que llegarían a escribir y grabar canciones, y menos aún que éstas iban a ser tan buenas, divertidas pero serias y que dentro de una ortodoxia estilística, iban a ser capaces aquellos rapaces de mantener el espíritu de aquellos alocados inicios, pues puedo atestiguar que lo han conseguido.
Lo que escuchamos en este disco es rock clásico, de esencia sesentera y con un fuerte sabor stoniano, canciones que rememoran a la banda demoníaca antes de sumergirse hasta el pescuezo en el fango del blues y en la tempestad de arena del country, antes de que se dejasen embaucar por los demonios que glorificaron a Robert Johnson y de que Gram Parsons les sedujera con su carretera y su frontera.
Once cortes que tonifican neuronas y provocan temblores pélvicos: riffs que se adhieren, teclas que miran hacia el mod, el garaje y el blues, momentos honky-tonk, ritmos sincopados y muy beat, estribillos simples pero enérgicos y voces que conservan el aire high-school, resumiendo: una gozada de disco para escuchar y bailar, divertirse y olvidarse de la madurez y sus mil paranoias aburridas y saturadas de realidad recalcitrante.
Los sucesivos singles que han ido presentando atestiguan la veracidad de lo comentado más arriba y son un botón de muestra perfecto de lo que esconde el disco, no dejen de pinchar encima de este pelotazo puramente stoniano titulado "Chevrolet Van".
Un disco sorprendente, rudo y frenético, juvenil y maduro, y sobre todo lleno de años sesenta, garitos y fiestas de mala nota, pretensiones comedidas y buenas canciones, muy recomendable.
Bandcamp donde se puede escuchar y adquirir este notable trabajo: The Nude Party.
Un disco estupendo, adictivo y dinde se suma la musica de todo lo que mas me gusta. Discarral de alucine.
ResponderEliminarUn disco que engancha, que siempre apetece volver a escuchar, uno de los discos del verano.
EliminarSaludos.
un disco magnifico si señor en estos ultimos dias de vacaciones me ha sentado de miedo
ResponderEliminarEstá siendo uno de los discos del verano para un servidor, tonifica y sienta genial.
EliminarSaludos.
Gran disco.
ResponderEliminarGracias.
Un disco muy disfrutable, divertido de veras.
EliminarSaludos.