Un señuelo para seguir creyendo. ¡Feliz navidad!


Ya estamos otra vez aquí, plantados ante el árbol, empaquetando regalos y preguntándonos qué sentido tiene ésto. Yo, a pesar de mi perfil sigo defendiendo la navidad, porque no me resigno a no defender a la gente, ni quiero (tampoco puedo) dar la espalda a la fe en el ser humano y necesito seguir pensando que siempre hay esperanza.
Por eso es obligatorio para mi utilizar estos días para coger impulso, para refrescar ilusiones cada vez más erosionadas por aquellos y aquello que intento defender y para seguir creyendo.
Y bajo este estado de ánimo me planto ante el ordenador para desearos a todos que al menos por unas horas no os peleéis contra el mundo, ni contra el vecino ni contra vosotros mismos, que tengáis fe, deis la espalda a la jodida realidad y no tengáis dudas sobre el futuro y el valor real de hombres y mujeres del mundo, que creáis que siempre hay esperanza.
¡Feliz navidad a todos y a todas!



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