La incursión en la grabación de "Margot" (y posterior gira) del maestro Osvaldo Larrea al bandoneón es decisiva para la progresión de Malevaje, claramente perceptible en este segundo disco.
También Antonio Bartrina canta cada vez mejor y se nota también en este trabajo. Con "Margot" no había llegado el grupo a plasmar composiciones propias en exclusiva, pero las versiones de clásicos del tango son ahora más personales y reconocibles.
La pátina de pop y rock que se respira no choca contra el aroma porteño y el ambiente arrabalero que sin duda exhala todo el álbum.
Hermanados sónicamente con Gabinete Caligari, no en vano Edi Clavo se encarga de la percusión, recogen una decena de viejos tangos, incluido el mítico que da título al disco, que revisan de manera notable e incluso sobresaliente.
Voy a elegir uno compuesto en 1927 por Rafael Iriarte y Juan Carlos Fernández Díaz titulado "De puro guapo".
Uno de esos textos que hoy resultan inadmisibles, enseguida comprenderán por qué, pero dotado de una pasión animal que no por comprensible deja de ser poética, sin duda una historia musicada de otro tiempo y otro lugar, pero latente y brutal.
Musicamos la mañana dominical con tango, ¡ahí es nada!!! y los míticos Malevaje del año 1986.
¡Feliz domingo!
"Margot" sí que lo tengo y me gusta. Y vi en directo a Malevaje en Donostia hace muchos años y también me gustó. Aunque ya te dije que mi relación con el tango no da para más.
ResponderEliminarUn abrazo, Addi.
ESte, y "Arriba los corazones" son los mejores discos de Malevaje, el segundo con tangos de composición propia, cosa bastante meritoria en estos días (1987). En directo les he visto un montón de veces. Me encanta el tango.
EliminarAbrazos.