...bajo un manto acústico rebozado de un tenue acompañamiento sonoro, donde las melodías vuelven a ser protagonistas... |
Daniel Insa es principalmente un creador de canciones. No conozco demasiado a Daniel, aunque hemos coincidido en algún evento, nunca hemos parlamentado, no hemos coincidido en el mismo grupo tal vez.
Es por ésto que quizá la impresión que sobre su persona tengo pueda resultar inconveniente y precipitada, pero me da la sensación de que es un creador que compone, escribe, canta, graba y publica sacudido por las bravatas de las tempestades internas y solazado por los encantos de los solsticios de la primavera con que a veces la vida nos premia.
Siento que sus sentimientos, vivencias, penas y alegrías son exaltadas o exorcizadas, según la naturaleza de las mismas, por medio de canciones, de poesía y de pop, de ahí que sus canciones suenen a realidad y honestidad, además de a pop, por regla general cristalino y soleado.
Acaba de poner en circulación una nueva colección de canciones, cosa que se repite con bastante asiduidad, y en principio la sensación apuntada se repite, sigo a lo mejor precipitandome y siendo un tanto impertinente, pero es lo que recibo de la escucha de las canciones agrupadas en torno al título "Stuck on a distant dream".
Algunas dolorosas circunstancias en la vida de Daniel marcan de manera indefectible el trabajo, producido en esta ocasión por el mismo autor, que bajo un manto acústico rebozado de un tenue acompañamiento sonoro, donde las melodías vuelven a ser protagonistas y la voz, que entona encendidos textos, se impone clara y plácida, nos sitúa en la órbita de un pop luminoso que mira a clásicos del género como The Kinks o The Beatles por citar nombres paradigmáticos.
Sentimientos a flor de piel desde el principio con "Lovers in the dark", nostalgia y cierto efecto fronterizo y crepúscular con una de mis favoritas como es "Trains are coming back to you". Imposible no recordar a The Byrds escuchando la fugaz "Come back to the moon" o a Tom Petty cuando acometemos "Pretty wasted doll", por no decir nada del guiño a los de Muswell Hill, evidente en el título "Pop music preservation society". Por no olvidar la sencilla y armónica "Party in heaven".
Continua Daniel Insa regalando canciones, nacidas a rebufo de la vida y sus altibajos, de la capacidad para expresarse por medio de acordes y palabras que bailan con ellos y la honestidad de un creador puro y fino. Insa compone canciones necesarias, para todos, y seguramente también para él.
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