Mucho me temo que con esta reseña voy a dar razones a los que critican a los que escribimos sobre música (y cultura en general), de que ya no se escriben malas críticas.
Los motivos para esgrimir esta afirmación son el colegueo entre redactores y artistas o autores, el buen rollismo y el flujo de doble dirección de favores y parabienes.
Tal vez tenga razón, en parte. Aunque creo que estas deben dirigirse a los profesionales que se ganan la vida con esto y pueden tener ciertos contactos. Los blogueros, ni somos profesionales, ni nos debemos a clientes, y por supuesto no tenemos tantos conocidos en el mundillo como para hacer de esas prácticas un modus operandi habitual.
En cambio hoy voy a hablar de la obra, en este caso un libro, de un autor que si es amigo mío, lo digo para ahuyentar posibles reticencias con respecto al contenido de la reseña que me dispongo a escribir que algunos puedan tener, dicho queda.
Y para que se complete la hipotética confabulación entre redactor y autor, diré que la reseña es buena, pero lo crean o no, lo es por un solo motivo: "La figura de cartón", que es el título del libro de relatos que acaba de autoeditar con Libros.com, Gonzalo Aróstegui Lasarte (la otra parte de la ecuación), es francamente bueno (era de esperar), y ahora sí, me dispongo a explicar el por qué de esta conclusión:
Subtitulado: "Relatos de juventud, dolor y violencia", este tercer libro -tras las novelas "Madrid 3" (2004) y "En los antípodas del día" (2012)- de Gonzalo, nos trae una docena de relatos divididos en periodos vitales y cronológicos conforme a la existencia del autor.
La prosa de Gonzalo es fácilmente reconocible para todos aquellos que hayan leído sus dos novelas. Con esa facultad para utilizar la escritura literaria que caracteriza a este escritor, pero con un impacto directo sobre el lector gracias a frases cortas y contundentes, explicativas y casi visuales, que alejan su estilo de enredos retóricos y pantallas que mueren en una insípida pedantería.
Gonzalo parece haber encontrado la vereda que lleva a la línea recta, que es la menor distancia existente entre autor y lector, sin perder riqueza en el léxico empleado ni esa sensación de literatura implícita que los que anhelamos escribir, tanto envidiamos.
En la subdivisión 'juventud', nos encontramos con los relatos más cándidos, menos agresivos y desquiciados (algo de lo referente al significado de este adjetivo encontraremos más adelante), en los que afloran los primeros amores del joven Gonzalo (la música). Nos cuenta con un tono high school las sensaciones despertadas tras un histórico concierto punk, aunque la guinda (una de las tres del recopilatorio) es la magnífica historia en una isla alavesa en la que el protagonista, aún menor de edad, pasó un verano trabajando y descubriendo cosas agradables, y no tanto, de la vida que estaba al llegar, bajo los sones de dos invitados muy especiales.
La parte del 'dolor' creo que es la más personal, la más "Blood on the tracks", la que hace temblar las sienes y en la que llega el desquiciamiento. El descubrimiento de la realidad y la toma de medidas para posicionarse ante ella. Aquí descubrimos al Gonzalo en plena fase de conversión al gran y valiente ser humano que hoy es. Creo que el relato que cierra este acto, "Autoedición" es soberbio y mi favorito sin duda, no digo nada que luego me acusan de lanzar spoilers, ¡leanlo!.
En cuanto al 33% restante, 'violencia', creo que es la más cómica, aunque pueda parecer lo contrario a tenor del título, yo lo he visto así. También en cierto modo donde más se expone con ciertos puntos de vista osados y subjetivos. Pero creo detectar unas importantes dosis de ironía (fina por supuesto). Además termina con otro relato sobresaliente, el que dá título a toda compilación, "La figura de cartón", insisto en el asunto de los spoilers, y también en la recomendación de que lo lean.
Arañan muchos de los relatos aquí contenidos, reivindicativos y explicativos de alguna ignominia, húmedos y encharcados por sus posicionamientos y directos, pero con esa belleza del lado underground -por qué son relatos underground, no les quepa ninguna duda- también dibujarán sonrisas y podrán hasta disentir.
Este redactor ya ha cumplido con la mascarada, y ha hablado bien del libro de su amigo, pero creanme y déjense de monsergas, "La figura de cartón" es un magnífico florilegio de relatos, que si no es en esta referencia, no la van a leer igual en ninguna otra, no se arrepentirán.
Enlace donde poder adquirir este libro: "La figura de cartón".
Muchas gracias por tus palabras, Addi. Curiosamente, y como siempre pasa, tu relato favorito es el que menos me convence a mí, pero, una vez publicada la obra, ésta pertenece a los lectores. Lo decía Borges, es más difícil leer un libro (atentamente, añado) que escribirlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es un libro fantástico. Me gusta mucho ese relato, tiene mucha fuerte y algo de despecho. Igual tenía razón Forges.
EliminarAbrazos.
Ahora mismo estoy enfrascado en su lectura. Me gusta mucho el estilo de Gonzalo. Coincido ampliamente con el contenido de tu reseña.
ResponderEliminarAbrazo a ambos.
P.D.: A ver si te lanzas tú también a ello, amigo Addi.
Gonzalo escribe muy bien, muy directo. Ya sus novelas están francamente bien, y tiene un proyecto de poesía pensado que puede ser la pera.
EliminarJejeje... lo mío no lo termino de ver. Además ando fatal de tiempo.
Un abrazo fuerte.
De acuerdo en tu exposición, y es que es difícil hablar mal de la obra de un amigo cuando la obra es buena, cuando se entrega a su cometido y no falla, te deja sin argumentos.
ResponderEliminarAbrazos,
Es estupendo el libro, pero creo que lo relatas mucho mejor tú que yo en tu reciente reseña. gracias Javier.
EliminarAbrazos.