...hablamos de urgencia y frenesí vital, estribillos que enganchan y toneladas de frescor y lozanía |
Hoy me apetece recuperar la reseña que hace unos meses escribí en mi otra casa, el Exile SH Magazine, a propósito de un grupo asturiano llamado Los Bonsáis, decía así:
No es el estilo de este dúo lo que más se estila en el Exile, tampoco es ésta una expresión musical a la que un servidor preste demasiada atención, pero después de escuchar bastantes veces durante estas vacaciones de semana santa su primer disco largo, titulado "Hinoki", debo decir que me he terminado acostumbrando a estas canciones, me he divertido y que, además han hecho de desengrasante frente las tensiones y malos rollos cotidianos; en definitiva, que he disfrutado y sigo haciéndolo con el disco.
Podríamos decir que lo que practica esta pareja es un pop alternativo de pocas prestaciones sónicas en principio, pero con un encanto muy especial: actitud naif y desenfadada, juvenil, optimista y vitalista. Ella, Helena Toraño, canta como lo haría una niña, con aparente inocencia, y me la imagino haciendolo delante del espejo de su cuarto, tras salir del instituto, soñando despierta mientras canta aún con el uniforme del cole.
Los textos van en ese mismo sentido: aburridas tardes en casa, miradas al cielo, ocurrencias juveniles, visitas al novio, un cóctel de frivolidad, ingenio, encanto, optimismo, luz y esperanza que resulta sumamente revitalizante, al son de una base rítmica incisiva y unas guitarras cristalinas y primaverales.
De los once cortes que se apretujan en el disco, sólo tres superan los tres minutos; hablamos de urgencia y frenesí vital, estribillos que enganchan y toneladas de frescor y lozanía.
Podemos dar una vuelta de tuerca y nombrar a modo de paralelismos a bandas ochenteras como Fresones Rebeldes o los fugaces Los Romeos, e incluso incidir en una cierta esencia pop/mod extraída del aura del Swinging London, al estilo de su vecino de sello (Elefant Records) Cooper.
Las composiciones, compartidas por Helena y Nel González, tienen referencias más actuales también en agrupaciones como Le Mans o La buena vida, pero Los Bonsáis tienen definitivamente su espacio sónico propio.
Dar un repaso a sus canciones no es sino un recorrido por las actitudes apuntadas, que se hará con una sonrisa en la boca y ese apacible sentimiento de bienestar que nos hace recuperar sensaciones juveniles. No hay pretensiones, pero si mucha realidad que bien mirada, no es tan ingenua y en parte, agrupa esencias vitales en las que anidan esos efímeros momentos de felicidad.
No veremos "Hinoki" en las listas de lo mejor del año, y tampoco aparecerá reseñado con grandes titulares en las publicaciones más sesudas que se encargan del rock patrio, pero yo lo recomiendo, pues no solo de grandes obras vive el hombre y la mujer, y este disco es francamente disfrutable.
Página donde escuchar y adquirir "Hinoki" pinchando AQUÍ.
Reseña publicada el pasado 22 de abril de 2019 en el Exile SH Magazine.
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