...un rock de guitarras incisivas, melodías perfectamente perfiladas y sumamente digeribles, estribillos agraciados y vocalidad juvenil, que no aniñada. |
Hace dos años estuve tentado de escribir a propósito del entonces quinto disco de la banda norteamericana The Menzingers que respondía al título "After the party". Finalmente no me decidí a hacerlo por algún incomprensible prejuicio.
Recientemente el grupo capitaneado por Greg Barnett (voz, guitarra) y Tom May (guitarra) ha puesto en circulación su nuevo catálogo denominado "Hello exile", y en esta ocasión no me he podido resistir a contar a los cuatro vientos el disfrute que una vez más vuelvo a experimentar con la escucha de su rock puramente americano.
Aunque la banda trae de su país de origen la etiqueta punk, yo personalmente no veo el motivo para este encasillamiento; lo que sí detecto en sus canciones es un rock de guitarras incisivas, melodías perfectamente perfiladas y sumamente digeribles, estribillos agraciados y vocalidad juvenil, que no aniñada.
No debe esperar nadie que de su música aparezca ningún genio maravilloso que otorgue deseos milagrosos en cuanto a novedades estilísticas o sónicas a los muchos musiqueros sedientos de rupturas dramáticas y rejuvenecedoras en nuestra querida música del diablo, por ahí no van los tiros.
Pero creo que la calidad de "Hello exile" se sustenta y justifica por otras bondades, no por poco originales, menos meritorias y por tanto disfrutables, no les quepa duda.
No se esconden a la hora de criticar la situación política y social ya por todos conocida en el tema de lanzamiento "America (You're freaking me out)", ni tampoco en hacer una encendida defensa ecológica en la también estupenda "Strawberry mansion", cantada en esta ocasión por Tom May.
También hay lugar para la introspección en la íntima "I can't stop drinking" de tono pesaroso, o para relatar las vicisitudes de una relación amorosa complicada en "Anna".
El inexorable paso del tiempo, con la carga de nostalgia que siempre acarrea este imponderable se trata en "High school friend", mientras en "Farewell youth" se duelen por la pérdida de un ser querido.
No faltan temas excitantes de gran incidencia rítmica como "London drugs" o piezas más rugientes y ásperas como "Strongers forever" que se terminan, no obstante, dulcificando.
Rock que mira a la planicie marrón del desierto, donde la tierra se funde con el firmamento, o que hace sentir el aire que entra por la ventanilla, alborotando una cabellera que esconde una mirada perdida en la línea de asfalto sin conocer el destino de ésta, o que nace en el fondo de los vasos de licor que narcotizan pesares mientras corre la noche en el exterior de cualquier bar de carretera.
El rock nunca muere, y nunca lo hará mientras bandas como The Menzingers construyan canciones como las que se apretujan entre los surcos de este fantástico "Hello exile".
Reseña publicada el pasado 10 de octubre de 2019 en el Exile SH Magazine.
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