...recogen influencias varias que engullen para después regurgitarlas y mostrarlas con toda la brutalidad y el exceso... |
Aunque realmente pienso que las décadas empiezan en el año uno de cada decena y acaban en el año diez de la misma (creo que es obvio), me he acostumbrado a la tónica general que presenta como primer año de la década el (en mi opinión) último de la anterior.
Digo esto porque el primer disco de la nueva sección 'Mis discos de los noventa' fue publicado precisamente en uno de estos años que llevan (al menos a mi) a la controversia: 1980.
Me refiero al primer disco largo de los californianos de Sacramento, The Cramps, el ya mítico "Songs the lord taught us".
Tras un EP y algún single, llegaba el debut de los gloriosos Cramps con este trabajo donde se puede visualizar, escuchar e incluso teatralizar su propuesta. Toman prestados los grafismos de los tebeos "Historias de la cripta" para escribir su nombre por doquier, recogen influencias varias que engullen para después regurgitarlas y mostrarlas con toda la brutalidad y el exceso que manan de personalidades y talentos tan vehementes como los que portan Lux Interior (Erick Pukhiser) Y Poison Ivi (Krisy Wallace).
Por si fuera poco incluyeron en la jauría sónica a Bryan Gregory (Greg Bekerleg), flamígero, siniestro y atemporal guitarrista que redondeó el sonido de la banda; completa el grupo el batería Nick Knox.
Con las retahílas sónicas del garaje-rock sesentero de The Sonics, el rock and roll pionero de los cincuenta y el rockabilly, el sonido psicodélico de 13th Floor Elevators, el punk que explotó en la segunda mitad de los setenta y el surf de los sesenta, consiguen dar forma a su hipnótico, hedonista, claustrofóbico, salvaje y vintage proposición musical.
Unan a esto una cierta cercanía teatral y estética al comic y al cine de terror de serie B, de ese que se proyectaba en los viejos autocines en las noches de verano de California, a un regusto friky por la ciencia-ficción y unas extrañas y personales dosis de glamour y provocación, y tienen un resumen de lo que eran The Cramps y en consecuencia, de lo que era y es, su debut "Songs the lord taught us".
Concurren los ingredientes citados al interior del caldero donde a fuego fuerte cuece un sorprendente productor, nada menos que Alex Chilton (nunca me ha cuadrado esto), un manjar sónico capaz de saciar a las más depravadas criaturas de la noche, a los seres más bailongos y ambigüos que se arrastran por los locales de peor fama de la costa oeste, y por supuesto a una tropa de creyentes entregados a la homilía del reverendo del exceso y de la teatralidad más desinhibida y nihilista que cada noche representaba el inigualable Lux Interior.
El trabajo cuenta con varias versiones que ilustran las inquietudes de la pareja titular del grupo: "Rock on the moon" un viejo R&B de Jimmy Stewart, que entonan frenético y desquiciado; se acercan mucho más al original en el cover de "Strychnine" de The Sonics, uno de sus referentes más evidentes.
"Tear it up" es otro rock and roll cincuentero de Johnny Burnette que parece un viaje por La casa del terror de cualquier parque de atracciones de los años sesenta y cierran este explosivo disco con "Fever", célebre tema que popularizó, entre otros, Elvis Presley.
Completan el tracklist con temas propios tan poderosos como la catódica "TV Set", las piezas de temática SCI-FI: "I was a teenage werewolf", "Mystery plane", "Zombie dance" o "What's behind the mask".
Sin olvidar soflamas garageras como "Garbageman" o "Sunglasses after dark" que podrían musicalizar cualquier film de Tarantino.
El rockabilly escurridizo de "The mad daddy" y el instrumental "I'm cramped" completan este furibundo y sórdido debut, la inicial exhortación garagera y rockera de los primeros telepredicadores del rock and roll.
Excelente repaso al soberbio primer elepé de los Cramps, banda especialmente querida por un servidor. En cuanto a lo de la década, es evidente que la novena década del siglo XX comenzó el 1 de enero de 1981; pero también década significa decenio, con lo cual la década de 1980 es la que comienza el 1 de enero de dicho año y termina el 31 de diciembre de 1989. No es que hagamos mal clasificando así las décadas, pero es cierto que hay un año del siglo (el 2000) que forma parte y encabeza una década con nueve años en el siglo siguiente. Aclarado lo cual no te doy más la chapa, querido Addison.
ResponderEliminarAbrazos.
Yo también les tengo en gran estima, verles en el ARF fue un momento especial. Un día que estemos juntos me explicas mejor lo de las décadas jajaja.
EliminarAbrazos.