Steve Wynn - "Kerosene man" (1990) - Mis discos de los noventa


 Las guitarras (...)pierden protagonismo y hegemonía en provecho de un sonido más vaporoso y en ocasiones con aparente esencia pop...
Por Jorge García.


Steve Wynn desmonta The Dream Syndicate en 1989, según él, para hacer cosas diferentes. Y por eso un año después de la disolución publica "Kerosene man", que es sin duda, algo distinto.

¿Pero es realmente tan diferente?. En parte si, y en parte no: Quiero decir que aunque es evidente que la fórmula instrumental para hacer sonar sus composiciones es diferente a la utilizada con su mítico grupo ochentero, siempre me ha parecido que el Steve Wynn de Dream Syndicate no se difumina del todo y es reconocible, aunque insisto, utiliza una composición musical que le lleva a atmósferas y texturas distintas, aunque resurgen desde la raíz del mismo germen inspiracional.

En realidad lo que se extrae de manera sencilla tras las primeras escuchas, es que "Kerosene man" es más accesible que los trabajos de los Syndicate, no precisa de tanta concentración ni es necesario escarbar entre las diversas y electrificadas capas de guitarras, ni entre las sutilezas en cuanto a teclas o las intrincadas secciones rítmicas que caracterizan el sonido (siempre cambiante según el disco) de su banda seminal, aquí todo es más diáfano, más fácil.

Las guitarras en este debut en solitario de Wynn no desaparecen, pero si pierden protagonismo y hegemonía en provecho de un sonido más vaporoso y en ocasiones con aparente esencia pop, y esta es otra de las impresiones que se detectan de inmediato y que marcan la diferencia entre el antes y el después.


También me da la sensación de que aquí echa mano de la influencia de algunos referentes que no se observaron en su antigua banda como Leonard Cohen, Tom Waits, REM que conviven con viejos conocidos que siempre se asomaron entre las estrías de las canciones de Dream Syndicate como Bob DylanLou Reed o la Velvet Underground.

Para conseguir esta fusión de estilos e inspiraciones se arropa en un grupo de músicos como Steve Berlin (Los Lobos), Chris Cacavas (Green on Red), Johnette Napolitano (Concrete Blonde) o Howe Gelb (Giant Sand) que consiguen situar su acción instrumental en el punto oportuno para no desenfocar la visión general del álbum sin perder el eclecticismo que también le es característico.

En cuanto a las canciones, nos encontramos con pegadizos himnos cuasi pop que tienen en la fluidez melódica su principal cualidad, "Tears won't help", "Carolyn" son ejemplos claro de esto.
Tenues tonadas nocturnas con el encantado otorgado por el saxo y el ambiente propio del cine negro como "The blue drifter"; y el sonido guitarrero que viajó hasta los surcos de este debut prendido en la estela del cometa de los Dream Syndicate que observamos en "Younger".

También esa especie de tango al estilo anglosajón que es "Under the weather" y la bonita balada "Here on earth as well" que se emparenta con Dylan o Murphy, son momentos destacados en este debut.

"Something to remember me by" tiene una esencia que entronca mucho más con los días del sindicato y con "Killing time" nos entrega en los brazos de un pop sofisticado y elegante.

En la sensual "Conspirancy of the heart" cuenta con el apoyo vocal de Johnette Napolitano, mientras "Kerosene man" es un rock con base de acústica y subrayado por la slide guitar y el colofón, "Anthem" es un cenagoso tema de esencia underground y cadencia marca de la casa.


Posiblemente "Kerosene man" no sea lo mejor que nos ha dejado Steve Wynn, pero cuando nos referimos a alguien que no factura nada que pueda ser considerado como anodino o carente de interés, hablar de lo menos bueno puede suponer referirse a algo inalcanzable para muchos.

Lo más destacado de este disco es el giro que Wynn pretende dar, ofreciendo un sonido que pueda engrandecer la nómina de seguidores del músico angelino sin dejar a ningún seguidor de Dream Syndicate por el camino. Aunque es evidente que logró un sonido claramente más accesible, ignoro si consiguió lo primero, pero de lo que estoy convencido es de que ningún antiguo fan se bajó del tren que pilota Steve Wynn.

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