Rubia - only for lovers (2020)


 ...las guitarras alcanzan un mayor protagonismo, tanto en presencia como en cuanto a la cualidad física de su sonido...

Aunque hace varias semanas que hablé del nuevo disco de Rubia en las páginas del Exile, he decidido recuperar este estupendo trabajo para amenizar este verano y traerlo también a Rock and More.

Me refiero a "Only for lovers", que es el título del quinto álbum de Rubia.

Sara Iñiguez es la voz que se esconde detrás de Rubia, para este disco continúa hablándonos en la lengua de Faulkner y se mantiene arropada por la misma gente, con la excepción de Eneko Etxeandia que entra en sustitución de Jokin Salaverria como bajista de la banda.

Porque Rubia suena más que en ninguna otra intentona discográfica a banda, como la propia Sara ha indicado en una reciente entrevista a Mondosonoro, y es por ello preceptivo dar el correspondiente mérito a Lander Cadenas (batería), Alex Blasco (teclados) y Adrián Bárcenas (guitarras), quienes junto a Eneko y Sara consiguen un sonido más compacto y redondo que nunca.


También la producción de Ibon Larrañaga tiene mucho que ver en este 'nuevo' sonido de Rubia. Y es que lo que escuchamos en "Only for lovers" es nuevo sin dejar de sonar a Rubia: las guitarras alcanzan un mayor protagonismo, tanto en presencia como en cuanto a la cualidad física de su sonido, más ácido y penetrante, más rockero y sesentero, como teletransportadas desde el verano del amor; y es que "Only for lovers" es un disco más rockero y menos soulero.

Suena a California y a 1967, y eso le sienta genial a la voz y al temperamento como compositora de Sara Iñiguez, el terciopelo de siempre, se funde aquí con el cuero creando una caricia distinta en el oyente, menos tersa pero más excitante y perdurable, o al menos a mi me lo parece.

No les voy a engañar: "Only for lovers" es el disco que más me gusta de Rubia, posiblemente porque es el que más empasta con mis gustos, con lo que me pone de verdad, porque un servidor al fin y al cabo es más rockero que soulero, y creo que eso no podrá cambiar nunca.

Aunque en este cancionero no todo es un punto y aparte, ni mucho menos, en todo momento percibimos el espíritu indiscutible de las canciones de Rubia, e incluso hay temas que podrían ser una continuación lógica de trabajos anteriores más por reminiscencias que por sonido: "If you smile", "Take me to the garden" o la enigmática y hermosa "These eyes"...

Pero deseo hacer hincapié en los temas más fibrosos, los más rockeros y los más costa oeste, como el single de adherente melodía y que fusiona el antes y el ahora, "Shadows in my room".



También me gustan mucho "Fase to fall in love""Diana", con un gran teclado, "Don't mean a thing" y de manera especial "Happy lasts longer", mi momento favorito del elepé.

Completan el tracklist otros dos notables temas: la de esencia lisérgica "The land of lie" y la copla 'marca de la casa'"Woman mysterious".

En resumen, que el nuevo trabajo de Rubia es una alegría en medio de esta especie de catarsis de sensaciones encontradas y un tanto deprimentes que han coincidido con su alumbramiento, saldremos ¿diferentes? (no creo), pero eso sí, deseosos de escuchar en vivo y en directo este disco, que pasará por ser uno (para mi al menos) de los destacados del año, seguro.

No se lo pierdan.

Reseña publicada el pasado 1 de mayo de 2020 en el Exile SH Magazine.

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