Se siente la inmediatez que viene asociada a esa actitud intuitiva propia de las primeras tomas en estudio... |
Nunca he sido un fan destacado de Pretenders, y la verdad es que sus últimas obras no me han causado ni siquiera curiosidad.
Creo que lo mismo hubiera ocurrido con este "Hate for sale" si no hubiera sido por la avalancha de halagos y buenas críticas que he escuchado proferir a redactores y amigos cuyo criterio es más que respetable y digno de consideración para un servidor.
Así que no le he dado más vueltas y me he puesto con la escucha del disco. Admito que me he llevado una sorpresa (que en realidad no lo ha sido tanto) por la evidente pegada y espontaneidad que caracteriza al álbum.
Se siente la inmediatez que viene asociada a esa actitud intuitiva propia de las primeras tomas en estudio, esas que se desarrollan como si de un directo se tratase, con la base del rock and roll expandiéndose libre y haciendo volar unos temas desarrollados con libertad y sin apenas trucos de producción.
Chrissie Hynde mantiene el color y la proyección de su voz intacta, y esta - junto a su personal fraseo - es una de las claves para que estas canciones resulten poderosas, tiernas, urgentes o simplemente rockeras.
Ciñéndose a las cualidades de su sonido, a la solera que dan los cuarenta años de sonido Pretenders, y sin pretender hacer otra cosa que ese sonido, las composiciones redondean un trabajo, que en mi opinión de no fan, es el que más me ha gustado de la banda.
Además el tracklist es variado y al tiempo equilibrado, nos muestra desde rocks acerados y frenéticos con enervadas guitarras e incursiones de armónica, además de esporádicos ramalazos punk: "Hate for sale", "I didn't know when to stop" o "Junkie walk".
Canciones de mayor influjo comercial como "The buzz" y su suavizante efecto electroacústico. "Maybe love is in NYC" es un excelente tema marca de la casa, igual que la también adictiva "Didn't want to be this lonely".
Incluso nos encontramos con las teclas de un piano y cuerdas de violín o cello en la balada que cierra el disco, "Crying in public"; e incluso esencias reggae en "Lightning man".
Aunque no me duelen prendas en destacar dos cortes como mis favoritos del catálogo: la preciosa balada de tono melancólico "You can't hurt a fool" y las distorsiones con efectos pop y new wave de "Turf accountant daddy".
Encantado de estar quemando este disco, nunca se sabe, y no descarto en absoluto que este álbum me acerque a clásicos pretéritos del cuarteto anglo-americano para que los revisite con la mirada de otra época y edad, no seré yo quién le ponga diques al mar.
Se recomienda visitar la reseña que sobre este mismo trabajo publicó Juanjo Mestre en el Exile SH Magazine.
Para mi después de los dos primeros, poca cosa me interesaba, algún tema suelto y para de contar, con este fui reacio y también como a ti, me influyeron criticas y comentarios.
ResponderEliminarUn disco mas que aceptable.
Salud
Para mi ha sido una sorpresa, nunca he conectado demasiado con Pretenders salvo algún tema suelto, este si me parece un muy buen disco.
EliminarSalud!