...escuchamos un pop chispeante y cristalino, y también un power-pop de guitarras timoratas pero encendidas y bonitas melodías...
Por Jorge García.
No he podido evitar que JP Cregan me caiga genial. Les explico: este tipo que se hizo popular en la música de muy joven gracias a la televisión, acaba de lanzar un nuevo disco ocho años después de su anterior trabajo, lo ha titulado "Twenty" y versa sobre las dos décadas que lleva casado, según parece felizmente.
Además lo regala en su bandcamp, ya que según explica, bastante malo está siendo 2020 como para pedir a la gente que pague por escuchar su música. Eso sí, recomienda comprar y pagar por los discos de tantos artistas que necesitan cobrar por sus canciones como forma de subsistencia, él no lo necesita y entiende que es un regalo para el público, para él mismo y por supuesto para su esposa.
Una vez que el amigo JP cuenta con mi simpatía, escuchar sus canciones era algo que hacía con un especial afecto. Y debo decir que no me ha defraudado la escucha de estas quince tonadas que componen "Twenty", un disco de los llamados conceptuales, aunque tengo entendido que ya no es moderno llamarlos así, ahora se les llama 'ciclos de canciones', cosas de la edad moderna.
En "Twenty" escuchamos un pop chispeante y cristalino, y también un power-pop de guitarras timoratas pero encendidas y bonitas melodías de soleado tránsito y fluido recorrido. Manda el optimismo y también la fibra romántica, además se desprende un sentido del humor inocente pero sincero y multitud de estrofas apacibles y estribillos saltarines y pegadizos.
En el registro sonoro nos encontraremos con influencias varias como The Kinks, Gene Clark, Guided by Voices, Graham Parker o Mathew Sweet.
Se intercalan en el tracklist un par de pistas sonoras un tanto sinsorgas y un tema instrumental que sirve de puente dorado de sonido electroacústico para separar cortes tan estupendos como la encendida "Two little words" y la tierna "Setting son".
Aunque les recomiendo que antes de este puente armónico no se pierdan piezas como la efervescente "History of man" que abre el disco; el precioso folk costumbrista "In California"; el enfático power pop "Pay to pay" o la fibrosa "The belle os U.S.C.".
En la segunda parte, al otro lado del puente, creo que a muchos les sorprenderán un par de temas exquisitos, con efluvios de Byrds como "Fern, destroyer of worlds!" y la dulce "Dreaming in humidity". Sin obviar la sincera "When I was drinking"; las guitarras briosas de "You're Navarone" y la algodonosa, confortable y beatlemana "Love, supplied", para terminar con una pieza al piano interpretada por un bebé, tal vez el hijo de la pareja, una tierna despedida.
Un bonito disco que inyecta luz, color y optimismo a este maldito 2020, tal vez no sea un álbum destacado por la mayoría, pero desde aquí lo recomiendo como un trabajo francamente delicioso, y creado en un entorno de amor y bondad.
Reseña publicada el pasado 7 de octubre en el Exile SH Magazine.
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