…canciones cocidas a fuego lento, en parte por las consabidas obligaciones derivadas de la situación vivida durante tantos meses…
Por Jorge García.
La segunda parte de mis últimas vacaciones tuvo una banda sonora muy concreta gracias a las escuchas del nuevo disco de Los Eternos. “Sonora” sonó por las autopistas de Aragón, por las farragosas curvas de los caminos a las faldas del Pirineo de Huesca o durante los paseos bajo la luz amarilla de los faroles durante la anochecida, en las callejas de la hermosa Aínsa.
La banda gallega entrega una decena de canciones cocidas a fuego lento, en parte por las consabidas obligaciones derivadas de la situación vivida durante tantos meses, que no ha permitido la fluidez necesaria para que el elepé fuese publicado antes. Pero lo cierto es que posiblemente ese cadencioso cocer haya terminado resultando beneficioso para el resultado definitivo de “Sonora”.
Los Eternos practican un country-rock con ínfulas pop en su desarrollo melódico, que se vuelve enraizado gracias a la participación del pedal steel guitar, que goza de fuerte protagonismo en el núcleo sónico de la banda; que por otra parte no adolece de momentos fronterizos e incluso western, que bien podrían situar musicalmente algún cruento desafío a golpe de revolver en cualquier spaghetti western rodado en Almería.
La utilización de la lengua de Cervantes, junto a la contemplación del cielo tiñéndose de añil más allá del Monte Perdido, eleva estas canciones a estados de ánimo que confluyen entre la nostalgia y la esperanza.
Con reminiscencias claras y nada sospechosas o reprochables a otras referencias patrias como La Frontera (en su vertiente más lírica) o los míticos Más Birras, en “Sonora” se despliega un equilibrado y perfectamente trabajado tracklist cuya enjundia se sospechaba hace tiempo con la publicación de singles como "Dioses en la pared", la apacible "El vals de los quebrantos" o la luminosa "El tiempo".
Pero hay otras bondades en el disco que adelantan a los temas de presentación por la derecha, derramando en cada escucha bucólicos momentos fronterizos como “Dime a dónde vas” o “Borracho”, por no hablar del arcilloso y desértico tema instrumental que cierra el disco y que porta título homónimo.
Una melodía pop se ubica en una producción y corazón country al estilo de Los Secretos u otras influencias patrias ya señaladas en temas ciertamente redondos como “Bienvenido”, “Árbol de boj” o “Inexorable”; aunque para cerrar este recorrido por las canciones que se alojan en el vientre de “Sonora”, voy a mentar mi momento favorito: “El rey de tus dudas”.
Un disco de carretera, también de mecedora y garrafa portadora de algún bebedizo de Kentucky. Apto para soledades encaradas al crepúsculo, o para degustar en compañía frente a una chimenea, un bonito disco (uno más) de country-rock ibérico de la mano de Los Eternos.
Reseña publicada el pasado 5 de noviembre de 2021 en el Exile SH Magazine.
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