...Abrazado al power-pop, al rock and roll, al garage pop e incluso al beat sesentero, el álbum es una frenética concatenación de temas pletóricos...
Por Jorge García.
Hace unas pocas semanas días recuperaba desde el Exile para traer aquí a la banda canadiense Underwater Sunshine. Ahora hago lo propio siguiendo la corriente sonora y emocional que colea de la escucha del estupendo “Suckertree” y retomo desde la misma bitácora un debut de similares coordenadas sónicas, estilísticas y vitales.
En realidad “BS Stands For” no es propiamente un debut, o para ser más concretos, el autor del disco, Brent Seavers, no es ningún debutante. Líder y compositor de la banda de power-pop The Decibels, se encontraba en plena gestación del nuevo disco de su banda original cuando la pandemia impuso un alto en las sesiones de grabación.
En ese periodo de encierro y aislamiento, Seavers decidió grabar en solitario versiones caseras de clásicos del rock and roll y compartirlos en You-Tube. Una cosa llevó a la otra y empezó a componer canciones casi como una forma de distracción en las aburridas jornadas de confinamiento. Cuando quiso darse cuenta, tenía canciones de sobra para grabar un disco, cosa que hizo en cuanto las circunstancias lo permitieron.
El resultado de aquellas jornadas de composición y grabación es este “BS Stands For”, primera intentona de Seavers en solitario, donde hace hincapié en su naturaleza como compositor sin buscar nada más allá de lo que le define. De ese modo, en la pasada primavera nos presentó una vigorosa oferta de canciones divertidas, bailables, efervescentes y rutilantes, que para muchos (entre los que me incluyo) pasó desapercibida.
Abrazado al power-pop, al rock and roll, al garage pop e incluso al beat sesentero, el álbum es una frenética concatenación de temas pletóricos de guitarrazos, melodías pegadizas, esencias de juvenil encanto, pegadizos estribillos respaldados por vibrantes coros y medios tiempos de tierno e inocente romanticismo.
Emparejado con algunos insignes baluartes del power-pop actual como Brad Marino, Kurt Baker, Scott Gagner o los fabulosos Radio Days, la diversión y el frenesí está garantizado gracias a temas tan excitantes como “Me and my melancholy face”·
Pero les aseguro que la docena de temas que vuelan sobre el plato, con primorosos y excitantes escarceos de menos de dos minutos como “Clean refection” o “I wrote a song”, les apartarán de las penas e imprimirán energía a caderas y a nuestros cariacontecidos ánimos.
No se arrepentirán de entregarse al surf-pop de “My little girl”; al contundente riff guitarrero de la estupenda “Out in the rain” o al garage-pop sesentero con pellizcos psicodélicos de “Running me down”, entre otras estimulantes piezas.
Música refulgente para tiempos envueltos en sombras, sonidos refrescantes y energizantes para ánimos desecados y famélicos. Seguimos bailando e intentado sonreír en este recién empezado 2022… ¡Viva el power-pop!
Reseña publicada el pasado 12 de enero en el Exile SH Magazine.
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