…con sinuosas y oscuras siluetas melódicas que confeccionan un disco variado y cromático dentro del estilo que ellos manejan.
Por Jorge García.
No creo que sea necesario que les diga nada a propósito del parón que sufrió el mundo en el mes de marzo de 2020. Fue como un frenazo en seco a la vida, y de eso nadie se libró, ni siquiera insignes rockeros como los flemáticos Drive-By Truckers.
Pero todo pasa y en este 2022 los de Athens vuelve por sus fueros. Y lo hacen con dos discos más que entonces: “The New OK” publicado en octubre de 2020 y “Welcome 2 Club XXIII” publicado esta primavera.
Y precisamente de este último vamos a hablar hoy, una vez superada la decepción que para muchos supuso su puesta de largo en vivo durante el pasado Azkena Rock Festival.
La primera toma de contacto con “Welcome 2 Club XIII” no me sedujo demasiado, pero el gran cariño que tengo a la banda y lo inminente del concierto me motivó para insistir con él. Y la verdad es que no tuve que hacer demasiados esfuerzos, pues en las escuchas inmediatamente posteriores a aquel dubitativo primer test las canciones empezaron a dibujarse con más nitidez y todo empezó a funcionar. Era como si el caldo, que no parecía bien ligado, empezase a cuajar y a formarse una deliciosa salsa con el espesor justo, el color idóneo y un sabor que resultaba plenamente familiar.
Vuelve a producir David Barbe, cuenta con colaboraciones en los coros de Margo Price o Schaefer LLana, así como con el guitarrista de REM Mike Mills, sin duda una buena carta de presentación.
Si algo tienen los Truckers es un sonido propio, personal y reconocible, también una literatura entre épica y lírica que les diferencia del resto. Estas, que son las mejores bazas con que cuenta la banda, no faltan en este disco, y son nuevamente el gran valor y acicate del elepé.
Si en el primer intento no conecté con las melodías, ahora, unos pases después, debo decir que contamos nueve canciones de enjundia, que recorren los pasajes y texturas habituales, con sinuosas y oscuras siluetas melódicas que confeccionan un disco variado y cromático dentro del estilo que ellos manejan.
Se olvidan de las soflamas políticas que caracterizaron sus anteriores trabajos y vuelven a sus historias sureñas de amor y odio, perdón y olvido, pérdida y rendición. En este sentido, podemos decir que desde la densa, extensa y épica pieza marca de la casa con que abren fuego “The Driver”, hasta el tema brioso y de pegadizo estribillo de título homónimo en el que rememoran sus inicios veinticinco (más o menos) años atrás, nos encontramos piezas nocturnas y alevosas que cubren más de cuarenta minutos de un southern rock de raza, con steel guitars, algún fidle, algunas teclas, fantasmagóricas voces femeninas y las tres rugientes guitarras que crean esa atmósfera tan hermética y subyugante.
Momentos rugientes y rockeros como “Every single storied flameout”; baladas veristas y crepusculares como “Billy Ringo in the dark”; soberbias melodías rodeadas de electricidad pletórica de belleza, con la voz en este caso de Mike Cooley como “Maria’s awful disclosures”; un tierno medio tiempo en la voz esta vez de Patterson Hood como “Shake and pine” o la recogida belleza neblinosa y melancólica de la (en mi opinión) joya del álbum, “We will never wake up in the morning” me han convencido de que los Truckers han vuelto con un disco que no desmerece sus mejores días y hace olvidar de manera definitiva, si no lo estaban ya, los días más bajos del grupo, vividos una década atrás.
Reseña publicada el pasado 16 de junio en el Exile SH Magazine.
Los de Athens nunca defraudan, y este su último trabajo es prueba de ello. Tiene su plus de encanto con la vista atrás que rememora sus pinitos como Adam´s Houston Cats y sus bolos en ese Club XIII. "Muscle Shoals needs some punk..." cantan en uno de sus estribillos de este "The Driver" y, así, casi sin quererlo, presentan el eslabón de dos generaciones de Hoods, la del padre David, base rítmica del legendario estudio de grabación de Alabama y la del hijo, Patterson, alma mater de DBT.
ResponderEliminarEn definitiva, magnífico disco de una banda que ya es imprescindible para muchos buenos aficionados.
Abrazos,
Los conocí a través de un disco recopilatorio "La ruta del americana", que edito una distribuidora en colaboración con Radio-3, donde venia incluida "Marry Me", canción del que por entonces era su ultimo album "Decoration Day", me causaron una magnifica impresión y me hice con el disco, indagando a continuación en su producción anterior y me hice también con el magnifico "Southern Rock Opera", después seguí comprando sus siguientes lanzamientos "The Dirty South" y "A Blessing and a curse", los cuales también me gustaron, pero luego llego el "Brigther Than Creation's Dark", disco al que nunca le he cogido el punto, no me gusto desde la primera escucha y aunque de vez en cuando le doy un repaso, a ver si con el tiempo cambia mi opinión sobre él, sigue sin gustarme, me parece tremendamente largo y aburrido, a partir de entonces les he perdido un poco la pista, y aunque he escuchado alguno de sus lanzamientos no me han causado el suficiente impacto en una primera escucha como para hacerme con ellos, de este ultimo que comentas todavía no lo he escuchado, pero en general he leído buenas criticas sobre él, así que habrá que escucharlo con atención, aunque mucho me temo que sus mejores años, que para mi fueron, indudablemente, mientras Jason Isbell estuvo en sus filas quedaron ya atrás.
ResponderEliminarRespecto a su directo, nunca los he visto, lo que he visto han sido actuaciones en streaming y lo que he visto en ellas me ha dado la impresión de que dejan bastante que desear sobre el escenario, en ninguna de las que los he visto han sonado bien y hay alguna, como la actuación que hicieron hace años en el festival "Luna Lunera" de Sos del Rey Catolico, que roza lo lamentable, más pendientes de la botella de Jack Daniels que de la música, aunque algunos dicen que esto es "actitud rockera".
Disculpa por el tocho, no quería extenderme tanto, y un saludo.