…manda la velocidad de las guitarras, los hipidos vocales, las baterías inquietas y los bajos hiperactivos…
Hemos vivido tiempos convulsos, extraños y difíciles y creo que toca renacer de nuestras cenizas. El caso es que un servidor se va a permitir la licencia de hablar en primera persona y relatar de manera simple pero directa lo que el cuerpo (y la mente) le pide tras los meses vividos (o todo lo contrario, contra-vividos).
Yo necesito experiencias, contrastes que me hagan sentir que el tiempo se puede recuperar de manera real y no por medio de interpelaciones filosóficas o lírica llorona, para que me entiendan: ¡yo necesito rock and roll!.
Tal vez los años hayan hecho de mi un frívolo con la sesera blanda y adolezco de una (in)madurez retroactiva que me lleva de vuelta a los años noventa, pero no me apetece nada quedarme sentado a escuchar sermones de nadie.
Si en la sala hay alguien que comparte conmigo tan poco sentido común como el expuesto, le propongo la escucha inmediata de His Lordship y que consuman sin protección de ninguna clase su primer EP de título “His Lordship play Rock’n’Roll Vol.1”, al fin y al cabo lo que no mata engorda.
El guitarrista James Walbourne (The Pogues, Pretenders, The Rails) y el baterista Kristopher Sonne (Willie Nelson, Chrissie Hynde) se han reunido para ametrallar media docena de tonadas clásicas – conocidas pero no greatest hits – de la época pionera del rock and roll, de una sola tirada en el estudio, sin reparar en gasto adrenalínico ni de fluidos frenéticos (no me refiero a lágrimas) y se han librado de los malos rollos pasados durante la pandemia a base de disparar rock and roll incendiario y explosivo. Aviso: no creo que las mascarillas sean efectivas contra este virus.
Un cuarto de hora de terapia distribuida en seis dosis donde manda la velocidad de las guitarras, los hipidos vocales y las baterías inquietas. Pero sobre todo hay un generoso derroche de actitud, con alusiones a Cramps, Stray Cats o Tav Falco, es decir, un tratamiento agresivo y a la desesperada. Dicho lo cual, entiendo que lo mejor es dejarse llevar por estos tipos y volver a la vieja normalidad, que ya lo dice el refrán: más vale malo conocido que bueno por conocer.
El tratamiento incluye en este primer volumen de “His Lordship play Rock’n’Roll” fórmulas poco experimentadas como “Wild one” (Jerry Lee Lewis), “The way I walk” (Jack Scott), “Say Mama” (Gene Vincent), “Run chicken run” (Link Wray), “Cruisin'” (Gene Vincent) y “Red hot” (Billy ‘The Kid’ Emerson).
Terapia de choque, con pirómano nihilismo sónico, despiadada vocalidad y urgencia en busca de la rápida sanación que tampoco nos sobran años en edad de merecer. No suelo reseñar discos de versiones, ustedes lo saben bien, pero en esta ocasión la salud está en juego y la diversión (que no es cosa baladí), también. ¡¡¡Atrévanse!!!
Reseña publicada el pasado 30 de mayo en el Exile SH Magazine.
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