Daniel Romano's Outfit - La Luna (2022)

...una obra plena de intensidad contenida o desatada, pero siempre bajo la premisa de la belleza melódica...

Por Jorge García.

El calificativo menos loco que se puede utilizar a la hora de pretender definir a un artista como Daniel Romano es el de desconcertante.

No solo por su capacidad para producir música y publicarla de manera, en ciertos momentos se podría decir incluso que convulsa, sino por la tremenda virtud de girar sobre diferentes orientaciones, estilos o sonoridades. 

Ahora vemos con asombro que incluso el formato con que presenta su música puede resultar novedoso o cuando menos diferente al previamente utilizado por él mismo.

Su última obra orbita en torno a uno de los símbolos más inspiradores y magnéticos de la creación. La luna es un satélite que va girando sobre nuestras cabezas en el cielo y que ilumina estampas nocturnas de todo índole: arrumacos amorosos, paseos románticos, soledades y sufrimientos o incluso mordiscos licantrópicos.

No es nuevo que su pálida luz inspire una y mil obras de cualquier naturaleza imaginable, pero Daniel Romano hace de su capa un sallo y presenta por medio de una sinfonía multiorgánica y polisónica un homenaje sonoro al astro reina de las noches y lo titula, como no podía ser de otra manera, "La Luna".

Lirico pasaje lleno de momentos místicos, bucólicos y reflexivos que se alternan con subidones de adrenalina sonora gracias a la aparición de apoteosis orquestales y vocales que muestran el lado feliz del astro, pues la planicie no es algo que guste al geniecillo canadiense y la luna da para mucho (lleva siglos dando de sí).

The Outfit cumple con las indicaciones de una partitura que si bien no parece excesivamente exigente en cuanto a dificultades, lo cierto es que reclama de giros continuos tanto en lo musical como en lo afectivo, pues este último aspecto sospecho que tiene gran importancia para interpretar esta sinfonía de manera efectiva y veraz, pienso que los compinches de Romano lo logran plenamente.

Estilísticamente se suceden las influencias, que van del folk de carácter británico a la liturgia soul o a una tímida participación de ciertos tonos fronterizos, también hay rock y pop. Escuchamos secciones de cuerda, metales y vientos, juntos o por separado, nunca revueltos, voces elegíacas y arranques guitarreros más en la onda natural del autor, frenesí y letargo; ilusión y melancolía; orden y desconcierto. En resumidas cuentas: una obra plena de intensidad contenida o desatada, pero siempre bajo la premisa de la belleza melódica y la capaz adecuación sónica para multiplicar y dar sentido lunático a esta belleza.

Algo más de media hora de música a la que es mejor dejar fluir y limitarse a navegar sobre la misma, bajo el influjo de la luna y participando de la comunicación total que se experimenta con cada instante de la partitura, todo ellos sin necesidad de forzar posicionamiento alguno, simplemente dejando hacer a Daniel Romano's Outfit.

Se recomienda visitar la reseña que sobre este mismo álbum escribió Juanjo Mestre en el Exile SH Magazine.