Queda claro que el proyecto corresponde a la idea de buscar nuevos caminos estilísticos que tenía Enrique...
Por Jorge García.
Tras el enorme éxito que consiguieron los Urquijo con su primer disco bajo el nombre de Los Secretos a principios de los ochenta, la banda se vio encerrada en una espiral de acontecimientos que les hicieron pasar por una auténtica travesía por el desierto tras la cual, la idea de Enrique era formar un nuevo grupo con carácter más americano y tendencias mas countries para la que no pensaba contar con su hermano Álvaro.
Finalmente, le logran convencer para continuar con Álvaro y manteniendo el mismo nombre, para ello la pareja de hermanos se enriquece con tres músicos excepcionales: Steve Jordan a la batería, Ramón Arroyo a la guitarra y Nacho Lles al bajo formando un conjunto realmente sobresaliente.
De esta manera: con formación nueva, sello nuevo (Twins) y productor viejo, Juan Luis Izaguirre, graban en 1986 un mini-Lp al que titularon "El primer cruce" y que supuso la vuelta al meollo de la banda, tal vez de forma tímida, pero lo suficientemente firme para asegurar la continuidad de la formación.
Queda claro que el proyecto corresponde a la idea de buscar nuevos caminos estilísticos que tenía Enrique, de hecho él es quien compone cuatro de los seis temas del instrumental enraizado tema instrumental "San José" corresponde al nuevo guitarrista Ramón Arroyo y "Cerrar los bares" es una brillante adaptación del tema de R. Simpson a cargo del propio Enrique, que consigue crear un corte de country nostálgico y etílico de desamor que conjuga de forma admirable el americanismo de la textura del tema con un sentido muy local de la historia.
El country es el género que domina estilísticamente el trabajo, con cierto color de ranchera en algunos momentos, como en la sublime balada "Quiero beber hasta perder el control", convertida en clásico total del grupo, un nostálgico corte, de preciosa melodía y letra de desamor mezclado con whisky, una magnífica canción.
También hay momentos mas inspirados en sonidos de carretera como "El primer cruce", estupendo tema de encendidas guitarras y melodía fluida y soleada sobre los furtivos amores nocturnos de una pareja joven que se veía cada noche a espaldas de sus familias en el primer cruce, deliciosa, y con un irresistible encanto romántico-adolescente.
Pero antes de las bondades comentadas, el disco lo abre "No me falles", en la misma tónica estilística que la anterior, otro corte excelente y digerible en clave de country-rock que sabe no quedarse desubicado. Mismo análisis se puede hacer a propósito de otro clásico de este breve álbum, el popular "Sin dirección".
Magnífico mini-Lp que supone la vuelta de los hermanos a la primera división de la música española y lo que es más importante, la consolidación del grupo, que tras este y el posterior directo de 1988 depararía en los noventa una tripla de magníficos discos por todos conocidos.
Sirva la recuperación y actualización de esta vieja reseña pare recordar al querido e inolvidable Enrique Urquijo en el día que se cumplen 23 años de su marcha.
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