Seguramente por la edad que uno soporta, la década de los ochenta es recurrente para mi, lo es en cuanto a recuerdos de adolescencia y también en cuanto a lo que fueron mis inicios musicales.
Es por ello que no seré yo quien reniegue de la que muchos consideran una década maldita. Cierto que hubo muchos vicios en aquellos años, malas producciones que ensuciaron discos y canciones de alguno de los grandes de los setenta, que en un intento desesperado por no quedarse desfasados con los nuevos tiempos introdujeron sintetizadores y baterías electrónicas a su música, lo que no se puede decir que la favoreciese precisamente.
Pero también hay una versión B en esta realidad: grupos que dejaron una estela brillante sin quedarse anclados a los sonidos de las dos décadas prodigiosas anteriores. Además nació el llamado paisley underground y renacieron los sonidos cincuenteros gracias a bandas como Stray Cats.
El after-punk y el new age también dejaron horas y horas de música de gran octanaje que parece que ahora empieza a ser reconocida como tal por muchos, también nació el movimiento independiente gracias a grupos como Sonic Youth o Pixies.
Así que esta mañana fría de domingo me he refugiado en mis recuerdos y he repasado alguno de los discos ochenteros que más me gustan, que más recuerdos me traen y a los que más cariño tengo.
The Smiths ha sido, es y será una de mis más sagradas referencias musicales. Dejaron cuatro discos que son absolutamente grandiosos, tres recopilatorios con temas inéditos que completan un legado sublime e inigualable y algún directo rompedor. Lo admito: los amo.
Su despedida discográfica es mi álbum favorito de ellos, el nebuloso "Strangeways Here We Come". No podía faltar en una mañana ochentera como la de hoy, y he decidido que sea el protagonista de la portada dominical de este 4 de diciembre.
Aunque mi tema favorito del lote es una rareza como "Paint a vulgar picture", me voy a decantar por la también magnífica "I started something I couldn't finish", para que si bien no creo que caliente el ambiente, al menos nos haga mover la osamenta.
¡Feliz domingo!
Gran disco, como todo lo que grabaron. Lo he estado escuchando hace poco tiempo y he vuelto a admirar la brillantez de la banda. La voz de Morrissey, la guitarra de Marr, la composición conjunta de los temas, el ambiente melódico que crean en sus canciones. Un gran final para un grupo imprescindible.
ResponderEliminar¡Ah!, y sigo pensando que los 80 fueron una muy buena década.
Abrazos,
Claro que fue una gran década, aunque tiene mala fama por lo que todos sabemos. The Smiths es una de las bandas de mi vida y firmaron un final discográfico memorable con este disco.
EliminarUn abrazo.