Todavía no me quito de la cabeza el subidón que supuso el concierto del pasado sábado en la Sala Santana 27 de El Drogas. Barricada es una banda que forma parte de mi historia (en general) y escuchar todos esos himnos en directo es siempre algo que mezcla emoción con euforia.
Así que hoy toca que vuelvan los Barricada a la fotografía dominical. Cuando en los pubs, en las fiestas de pueblo e incluso en algunas emisoras de radio sospechosas empezó a sonar Barricada por medio del tema de éxito masivo "Blanco y Negro", muchos se mosquearon e incluso hubo quien decidió que la banda ya no era lo que fue, parece que el éxito resta réditos.
El caso es que "Por Instinto", que es el disco que albergaba esta canción tan sonada, fue denostado por algunos y la verdad es que nunca he sabido muy bien por qué. No diré que sea el mejor disco del grupo, pero negaré ante quién sea que no se trate de un buen, incluso muy buen disco de Barricada.
Por lo que he decidido que hoy voy a reivindicar aquél álbum que en 1991 hizo de Barricada un grupo que sonaba hasta en las verbenas de pueblo.
Eso sí, vamos a elegir otra canción y no la celebérrima "Blanco y Negro". Siempre me ha gustado mucho, y el otro día la tocó Enrique en su bolo bilbaíno, "Deja que esto no acabe nunca". Nos quedamos con ella.
¡Feliz domingo!
"Blanco y negro" me parece una canción soberbia, todo un himno que no es culpable de su éxito. Pues, eso, que no acabe nunca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso está claro Gonzalo. El caso es que hay mucha gente en el rock que tiene esa actitud cuando un grupo triunfa más allá de las fronteras del rock, que empiezan a despotricar y no me parece justo.
EliminarUn abrazo