A veces necesitas mirar al principio de todo, a lo básico, a la esencia. Allí, en donde todo empezó, suelen estar a menudo las respuestas, la verdad.
Este está siendo un verano de dudas, de preguntas y de reflexiones. Algunos días miro hacia el fondo del camino y no veo nada, sólo una bifurcación que plantea posibilidades, nuevos destinos o tal vez, nuevos callejones sin salida.
Cuando dejas de creer en lo que te atañe en el día a día, la perspectiva de las cosas cambia, se retuerce e incluso se vuelve contra ti y contra lo que hasta no hace tanto tiempo era importante. Esta falta de fe consigue que aquello antaño importante parezca un estorbo, un obstáculo, un incordio.
El futuro siempre es invisible y translúcido, el pasado en cambio tiene forma, colores, sabores y sonidos. En ese amasijo de recuerdos e instintos germinales está el fundamento de lo que eres o fuiste, o al menos de lo que necesitas volver a ser.
Los que no vamos sobrados de sabiduría normalmente tenemos que tirar de atajos, en mi caso esos vericuetos tienen forma de canción. Hoy es un buen día para buscar el futuro en la historia, en los años en los que este hoy parecía no tener importancia. Hoy es un buen día para mirar en alguna canción de antaño y comprobar si motiva o inspira alguna respuesta, alguna exhortación que ilumine la senda, esa que tan poco cariño me inspira y que siento tortuosa y embarrada.
Hoy es un buen día para volver, una vez más, a recorrer el largo y tortuoso camino que en una adolescencia llena de pájaros creí que nunca pisaría.
¡Feliz domingo!
Qué frase tan hermosa, Jorge: "El futuro siempre es invisible y translúcido, el pasado en cambio tiene forma, colores, sabores y sonidos". Y qué canción, por supuesto, qué canción.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego la canción es maravillosa. Siempre he sentido que Paul se cobra su vendetta con Spector por aquella versión orquestada de "Let it be" que tan poco le gustó en 1970.
EliminarEn fin, gracias por tus palabras amigo.
Un abrazo.