Los singles, ya advertían de que el de Auckland no estaba por la labor de ceder distorsiones ni rebajar viscosidades en su propuesta musical…
Por Jorge García.
No ha dejado el músico neozelandés afincado en New York Dion Lunadon pasar demasiado tiempo – poco más de un año – entre su segundo e impactante álbum en solitario "Beyond Everything" (pinchar reseña) y el recién estrenado "Systems Edge" que hace, lógicamente, el número tres de su carrera.
Sin demasiadas novedades – al menos en lo sustancial – con respecto al precedente de 2022, "Systems Edge" vuelve con alteradas y anárquicas cargas eléctricas de power-punk y High Energy, amén de un garage noise de cruda acción guitarrera, que eleva el pálpito melódico y vocal a título de auténtico frenesí.
El sello In The Red Records apoya y da salida comercial a esta compilación formada por diez bragadas y vigorosas tonadas que según he ido escuchando estos últimos días, me han ido convenciendo de que se muestran más tamizadas y sutilmente revestidas en el apartado sonoro que en el pasado, sin perder por ello oscuridad, determinación ni actitud, pero ganando en fluidez y elocuencia, lo que hace que esta continuación gane en cuanto a presentación estilística, cosa que no carece de mérito habida cuenta de la comprensible pérdida del inicial efecto sorpresa.
Los singles con que fue presentado el disco en los últimos meses: "Secrets" primero y "I Walk Away" después, ya advertían de que el de Auckland no estaba por la labor de ceder distorsiones ni rebajar viscosidades en su propuesta musical, y que lo que traía bajo el brazo iba a satisfacer a los más, cosa que ahora con el disco girando desde hace un tiempo, me atrevo a certificar rotundamente desde aquí.
Esencias stoner en una favorita personal como "I Don’t Mind" dan carta de naturaleza a lo apuntado con respecto al elepé y le postulan como una realidad en alza. Como uñas de cristal arañando una barandilla de hierro oxidado, así se enciende la mecha de la infecciosa "Nikki" y la rudimentaria machaconería de distorsiones que decoran una melodía rock clásica como "Diamond Sea" ponen el nivel del disco a una altura inalcanzable para casi nadie que en la actualidad se refriegue en tan grasientos sonidos.
Dicho lo cual, me atrevo a sugerir que Dion Lunadon acompañe a otros grandes – aunque más veteranos – cronistas de la oscuridad y el underground como Jim Jones o Jon Spencer, a la hora de promulgar sonoridades frenéticas, lóbregas y adictivas, así se atestigua tras la escucha de la inquietante y enajenada "Rocks On"; la exaltada "Shockwave"; la furiosa "Grind Me Down" o la extraña, extensa y sombría "Room With No View".
Dion Lunadon repite buenas sensaciones y valida con este nuevo trabajo las grandes expectativas despertadas en sus dos primeras entregas, probablemente no estará en demasiadas listas de fin año, pero les adelanto que en la de esta casa, si lo encontrarán.
Reseña publicada el pasado 22 de novembre de 2024 en el Exile SH Magazine.
jorgefmb.com
ResponderEliminarLa música, en todas sus formas, es una poderosa fuerza de estimulación emocional y mental. Trasciende idiomas y culturas, conectando corazones y mentes. Cada nota vibra con vida, invitando a la exploración y al descubrimiento personal.
La música es sin duda un lenguaje internacional que todos los acólitos entienden. Gracias.
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