Obra clave y absolutamente determinante del rock, el punk, el glam y el hard-rock de la década de los noventa, y del resto de décadas, también.
Por Jorge García.
Tras la disolución del grupo de culto Hanoi Rocks, el finlandés Michael Monroe inicia una etapa como solista en la que colabora con referentes del rock como Stiv Bators, Slash o Axl Rose. Posteriormente funda, junto al guitarrista de Billy Idol Steve Stevens la banda Jerusalem Slim.
La falta de entendimiento entre Monroe y Stevens provoca que Jerusalem Slim no dure mucho. Finalmente, en 1993, Monroe reúne, bajo la nomenclatura Demolition 23 al guitarrista Jay Hening, a dos viejos amigos y miembros de Hanoi Rocks, como son el guitarrista Nasty Suicide y el bajista Sami Yaffa para completar el line up definitivo de la banda con el baterista Jimmy Clark.
El proyecto inicial era hacer una banda de covers, no obstante la cosa fue más allá de las versiones y en 1994 apareció el primer y único disco, de título homónimo, producido por la banda. Álbum que hoy, treinta años después de su nacimiento, pasea orgulloso su vitola de disco de culto, a lo que un servidor añade: Obra clave y absolutamente determinante del rock, el punk, el glam y el hard-rock de la década de los noventa, y del resto de décadas, también.
Producido por Steve Van Zandt, "Demolition 23" recopila diez pelotazos en los que se concentran depuradas dosis de rock, glam y punk, refuerza la fórmula un fibroso sonido de guitarras distorsionadas, adictivos estribillos entonados a viva voz coral y una base rítmica pletórica y trepidante.
En el tracklist aparecen tres versiones, dejando un espacio para el recuerdo de lo que fueron las motivaciones seminales de la banda, con covers ciertamente fulminantes como "Ain't Nothing to Do" sobre el original de Dead Boys, que sirve de homenaje al desaparecido y amigo de Monroe Stiv Bators.
"I Wanna Be Loved" es una hierática y desbocada versión de un tema de Johnny Thunders, antiguo compañero de piso de Michael Monroe (junto a Bators). La tercera versión que contiene el disco corresponde al tema de la banda punk U.K. Subs "Endangered Species" a la que no restan ni un ápice de fiereza ni de nihilismo sónico.
Pero las canciones propias del grupo no solo no palidecen ante los clásicos versionados sino que incluso los mejoran, empezando por el final, con "Deadtime Stories" una preciosa balada acústica que compuso Monroe con Stiv Bators y que nunca me canso de escuchar.
El principio lo rubrica la infecciosa y adictiva "Nothin's Alright" donde recuerdan la vida loca de los sesenta, setenta y ochenta. Dan lujuriosa continuación a esta una recua de energéticos cortes fabricados por el propio Michael Monroe con la colaboración de Steve Van Zandt y Jude Wilder en base a una divina mezcla de dinamita y nitroglicerina como "Hammersmith Palais", "The Scum Lives On", "Dysfunctional", "Same Shit Different Day" y el extenso y magnífico medio tiempo "You Crucified Me".
La historia crea sus propios totems musicales y "Demolinion 23" es uno de ellos, un disco con las características propias e intrínsecas del rock, con pinceladas punk y high energy, con destellos glam, enormes versiones y mucho músculo y diversión, uno de mis indiscutibles favoritos de los noventa.
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