Las amistades falsas y en muchos casos interesadas del facebook, con gente que en realidad no conoces de nada, ya me cansan bastante y hace tiempo que no me apunto a ninguna orgía virtual, por otra parte, nunca participé en ninguna jauría, eso me queda.
Es posible que el problema en realidad sea que este no es mi tiempo. Tal vez durante una época pensé que si, o que me podría introducir en una coordenada espacio-temporal que no me corresponde, o que lo moderno era adaptarme a los usos y costumbres que una generación posterior a la mía impone.
Lo cierto es que de unos años a esta parte he ido retrocediendo y cada vez vivo más como lo hacía de joven: en contacto directo con el mundo, sin pantallas de por medio y sintiéndome vivo por como soy en realidad, sin caretas ni posicionamientos impuestos por unos tiempos ajenos. Las tecnologías intento usarlas en función de la utilidad social y profesional, así como en lo referente a los intereses lúdicos o culturales compartidos con otras personas, pero donde esté un concierto en vivo, unas cervezas con amigos, un partido de basket...
Y digo esto a pesar de que en su día, hace ya muchos años, mis queridos 091 me contradecían con su "Este es nuestro tiempo", auténtico pelotazo en el que tal vez se adelantaban en clave resistencia a lo que décadas después habría de ocurrir, cuando la edad empieza a perfilar un modo de vivir sin dar cobijo a modas o moderneces, eso, o ir a rueda de una bicicleta que ya corre demasiado.
Pero en Realidad toda esta perorata es la excusa para pinchar "El Baile de la Desolación" de mis queridos Cero y en concreto la estupenda "Este es nuestro tiempo", una declaración que no estoy muy seguro de compartir en estos años de mi vida. Eso sí, seguimos con paso firme.
¡Feliz domingo!
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