...escuchamos un disco que se adhiere mucho más al Rock de fuerte pegada y que vertebra una corriente eléctrica High Energy, que al Garage-Rock...
Por Jorge García.
The Nomads saludaban al nuevo milenio desde los albores del siglo XX con una colección de canciones, que como ocurre siempre con el cuarteto sueco, solo puede ser analizada desde la perspectiva de la exclusividad y autenticidad que desde los años ochenta es seña de identidad de todos y cada uno de sus discos.
"Big Sound 2000", que es el título con el que The Nomads evidencian el cambio de siglo y milenio, no pierde comba con respecto al ya más que lustroso histórico musical que engrandecía el currículo del grupo en aquellas fechas, por lo cual hablamos hoy de otro episodio sobresaliente dentro de la historia discográfica del rock y aledaños sónicos en los últimos lustros.
Es evidente y no atiende a ningún análisis sesudo que en "Big Sound 2000" escuchamos un disco que se adhiere mucho más al Rock de fuerte pegada y que vertebra una corriente eléctrica High Energy, que al Garage-Rock de sus inicios, si bien es cierto que durante los noventa esta mutación se va realizando paulatinamente según publican discos.
Con un dinámico y pétreo efectismo Proto-Punk que cruza el océano, haciendo la ruta Detroit-Solna, pero con remembranzas garageras que perduran en el germen oculto de la banda - escúchese el fuzz en la siniestra "Ain't Yet Dead" sobre un original de la banda The Sinister Urge - y con el comentado liderazgo sónico del Rock and Roll de riffs distorsionados y estribillos fulgurantes y categóricos, The Nomads fabrican un nuevo disco repleto de pelotazos urgentes y explosivos que desde luego no decepcionan a los acólitos a la formación sueca.
Ritmos frenéticos y acelerados, frondosos muros de sonido levantados en densas estructuras guitarreras y energía a borbotones que se libera en estribillos vocingleros y arrojados como maldiciones, son algunos de los secretos para conseguir, disco tras disco, un mantra en el que el Rock, el Punk y el Garage son los ingredientes básicos de un plato que aporta energía, actitud y esa textura donde lo exclusivo se mezcla con lo anárquico dando razón de ser a uno de los grupos más destacados de los últimos cinco decenios en esto de la música del diablo.
Dejemos que las canciones hablen por mi, de eso se pueden encargar perfectamente la pegadiza y exuberante "Don't Pull My Strings"; la más calmada - como una visión malhumorada del pop - "Going Down Slow"; el Hard-Rock de "Your Main Man" o el Hard-Pop de "Some Other Crime" o la exaltada "I've Seen Better" por citar algún instante destacado que no excluye al resto, pues en "Big Sound 2000" no encontramos momentos sobrantes.
Llegó el siglo XXI y con él una secuencia de episodios que el tiempo dará perspectiva para analizar con (me temo) pulso tembloroso y ánimo cetrino y taciturno, pero en lo que respecta a The Nomads, al menos durante algo más de una década, las cosas siguieron igual, igual de bien, por supuesto.
Un disco que adoro y que describes muy bien, Jorge. Un monumento es lo que se merecen los Nomads.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una de las cosas en las que me consta que coincidimos es en nuestra común devoción por los suecos, no tienen disco ni siquiera regular, son una banda portentosa.
EliminarUn abrazo.
¡Qué barbaridad de buenas bandas nos han dado los suecos durante estas últimas décadas!, Nomads, Hellacopters, Imperial Stae Electric, Graveyard..., solo por mencionar algunas pocas. A esta obra de Nomads también la tengo una querencia especial. Suena como si la banda pretendiera poner una pica en el panorama internacional del rock en el justo inicio de la década, y a fe que lo consiguieron. Un disco que se abre de inmediato camino entre las neuronas del oyente y que, para su gloria, permanece año tras año entre esos brillantes recodos de cualquier colección que se precie.
ResponderEliminarAbrazo,
Es que una de las características de The Nomads es que sus discos nos impermeables al efecto del tiempo, suenan igual en el momento de su publicación que 25 años después como es el caso. Son sin duda mi banda sueca preferida (junto a Union Carbide Production y The Soundtrack of our Lives), aunque creo que un poco por encima de estas. Este disco no es la excepción.
EliminarAbrazos.